
¿Qué ha pasado con las amenazas de Trump y sus aranceles? La versión oficial es que la estrategia de poner y quitar los aranceles le ha permitido a la Casa Blanca presionar a muchos países y bloques comerciales para renegociar sus términos y hacerlos más favorables para los Estados Unidos.
La realidad, siempre necia, le dice al inquilino de Washington/Florida que sus acciones no solo encarecerían todo en su país, sino que estarían empujando hacia una profunda recesión económica global. Y no solo eso, las múltiples y abrumadoras acciones “ejecutivas” presidenciales han desatado un caos al interior del país.
Encima de eso, Trump ahora pretendiendo ser el pacificador mundial, está gestionando la paz en Ucrania y Gaza -sin éxito-, y de paso fue a cerrar jugosos negocios con las naciones árabes. Catar le regaló un nuevo avión presidencial valorado en 400 millones de dólares, yendo en contra de todo pudor, ética y rompiendo reglamentos internos gubernamentales, incluso de seguridad nacional. Además de seguir impulsando sus negocios entorno al petróleo, contra los esfuerzos globales de sustituirlo por energías limpias.
Los recortes laborales en múltiples instancias de gobierno federal americanos, incluido los sectores de educación, salud y seguridad aérea, tiene furiosos aun a varios de los seguidores de Trump. Un nuevo paquete de iniciativas presupuestarias y legales ha sido aprobado en el Congreso de USA, que, según algunos analistas, bloquearía cualquier intento de las cortes judiciales por revertir las iniciativas del presidente.
El recién electo gobierno americano se parece cada vez más a las acciones transformadoras de la 4T que está por completar su estrategia por controlar el poder judicial, poniendo a jueces manipulables y afines a los intereses morenistas. ¿Quién copió a quién?
Enterrada en el pasado está la idea de los Estados Unidos como el ejemplo de la democracia perfecta, la tierra de la libertad y las oportunidades; con una corrupción rampante y el poder absoluto concentrado en las manos de un pequeño grupo de oligarcas, parecen ahora más una “república bananera” o un nuevo modelo de dictadura capitalista. O como diría un amigo, como son gringos, una “banana republic”.
Con los enormes problemas de inseguridad, corrupción y concentración del poder político en México, se suele asumir que eso no pasa en los llamados países del primer mundo. Si echamos un ojo a los retos actuales de algunos de ellos y, sobre todo, en el plano político, donde la democracia sería la base del desarrollo, podríamos insinuar que Canadá y Estados Unidos son una especie de nuevos republicas bananeras, que ni a republica llegan.
Empecemos por Canadá, políticamente es el más estable y democrático, pero las intenciones separatistas de Alberta (rica en petróleo) y en el pasado de Quebec, se suman a una desintegración económica interprovincial, llena de barreras que limitan el comercio y el trabajo entre ellas. A pesar de vivir en uno de los países más ricos del mundo, las comunidades indígenas, sobre todo en los Territorios del Norte, Nunavut, Yukon, y ciertas reservas en Ontario y Manitoba, sufren de vivienda inadecuada o sobrepoblada, falta de acceso a agua potable, altos índices de suicidio, adicciones y desempleo. Sin recordar el creciente uso de bancos de comida en las grandes zonas urbanas.
El caso de México es peculiar pues poco más de la mitad de la población vive en la informalidad económica (54%), y aunque ha habido avances en las condiciones laborales los sueldos siguen muy lejanos a los de sus contrapartes del T-Mec; además, la economía nacional ve un pilar fundamental en las remesas que mandan los emigrantes desde Estados Unidos.
En 2024, México recibió 64,700 millones de dólares en remesas, lo que representó aproximadamente el 3.5% del PIB nacional. Los ingresos por remesas ya superan a los ingresos por petróleo y turismo, y compiten muy de cerca con las exportaciones manufactureras no automotrices, lo que las convierte en una de las principales fuentes de divisas para México. Y por eso es crítico el nuevo paquete legislativo recién aprobado, que pretende imponer un impuesto del 3.5% a las remesas enviadas desde su territorio. Este gravamen podría incentivar el uso de canales informales o alternativos, como criptomonedas. Su efecto, por tanto, será más impactante que los aranceles.

Mas allá de los drásticos cambios políticos internos… Estados Unidos, aun siendo la mayor economía del mundo, tiene más de 37 millones de personas en situación de pobreza (11.5% de la población). A diferencia de México y Canadá, en USA no hay remesas ni programas sociales amplios que equilibren la desigualdad. La red de seguridad social es muy limitada; lo que está a punto de empeorar con los recortes a programas de salud y asistencia social.
¿Cuál será el nuevo capitulo en la telenovela escrita por el gobierno de Donald Trump? No le basta con trastocar todas las economías mundiales, ahora se inmiscuye abiertamente en asuntos políticos externos, con sus ideas expansionistas retrasadas por una creciente descomposición social al interior en diversos frentes.
Pareciera que México y su cuarta transformación realmente se adelantaron a los tiempos que corren (es tono irónico).