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Pames: los últimos queretanos

Sus antecedentes se remontan hasta el año 2 mil 500 antes de Cristo (a.C.). Pero menos de 20 años de modernidad amenazan con extinguirlos. Son los Pames o xi’ui (indígena, como ellos mismos se proclaman), los últimos fundadores de esta tierra y de quienes hoy sólo hay un puñado.

De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la población de esta etnia en el estado de Querétaro pasó en el nuevo siglo de mil 104 integrantes en el año 2000, a sólo 600 una década después.

La región pame, se encuentra en la zona montañosa y desértica de la sierra madre oriental del estado de San Luis Potosí y una pequeña fracción del norte de Querétaro.

Los pames en territorio queretano se localizan en los municipios de Jalpan de Serra y Arroyo Seco, y se concentran en las localidades de San Antonio, Las Flores, El Rincón, El Carrizal, San José de las Flores y San Juan de los Durán.

Aunque sus parientes potosinos, que conforman la mayor parte de la zona conocida como Pamería, representan el grueso de la etnia. El XII Censo General de Población y Vivienda del año 2000 registró 7 mil 975 hablantes de pame concentrados en los municipios de Santa Catarina, Tamasopo y Rayón.

Y, actualmente existen aproximadamente unos 20 mil pames que viven en la zona media de San Luis Potosí.

Sus orígenes se remontan al año 2500 a.C.; después del mestizaje o toltequización de las culturas chichimecas y mesoamericanas, el grupo de los pames se dividió. Durante la conquista española eran considerados bárbaros, adquirieron el nombre Pami o Pame qui.

Son de las pocas etnias sobrevivientes de los Chichimecas. El Pame era un grupo de cazadores y recolectores que adquirió parte de la cultura Otomangue.  

Aunque no siempre fueron pacíficos. De acuerdo con las crónicas, ellos llegaron a la región siendo una de las tribus conocidas por su temeridad y destreza como guerreros.

De hecho, hacia el año 1 mil 200 d.C. desplazaron de Querétaro a otra de las tribus asentadas aquí. Los llamados teenek, de quienes poco se sabe sólo que ocupaban la parte norte del estado.

Los habitantes de la región xi’úi estuvieron durante el siglo XIX inmersos en un fuerte proceso de integración al sistema económico-social del naciente país y participaron en la revuelta protagonizada por el Ejército Regenerador de la Sierra Gorda.

En el siglo XX, y en el contexto de la lucha revolucionaria de 1910, la región pame se distinguió por las acciones armadas de los hermanos mestizos Saturnino, Magdaleno y Cleofas Cedillo. Las consecuencias inmediatas fueron el abandono total de muchos pueblos y ranchos ocupados por indígenas, además de una gran mortandad entre ellos.

La participación de los xi’úi en el movimiento revolucionario pronto fue reconocida al encontrar respuesta positiva a sus demandas de dotación ejidal; de modo que lograron formar varios ejidos.

Sin embargo, desde hace unos 30 años, la migración hacia ciudades del país, entre ellos Querétaro, San Juan del Río, la ciudad de México y Monterrey ha aumentado gradualmente, principalmente de mujeres solteras que son contratadas en fábricas, maquilas, tiendas de abarrotes o en casas para el servicio doméstico.

En el caso de los hombres, la migración se da por la cada vez mayor migración hacia los Estados Unidos, donde se emplean como jornaleros agrícolas o como ayudantes de albañilería.

Hoy ya está casi extinta la práctica de los jóvenes pames queretanos de ir a buscar y conocer a su pareja en las fiestas de Santa María Acapulco, como lo hicieran sus padres y abuelos.

 

Redacción El Queretano

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