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La sombra del populismo

Ayer vimos algo histórico, la democracia más antigua del mundo recibió un golpe durísimo, incitado por su propio presidente.

Ni siquiera Hollywood imaginó el espectáculo tan lamentable que vimos, cuando una horda de “trumpistas” tomó de forma violenta el Capitolio de EU como nunca se había visto en 200 años.

Para el año de 1814 cuando decenas de soldados británicos, marcharon por la capital, incendiando todo a su paso.

El incendio de la Casa Blanca y el Capitolio fue uno de los episodios más significativos de un conflicto de 32 meses entre Estados Unidos y Reino Unido que comenzó en 1812 con la declaratoria de guerra firmada por el presidente James Madison.

A dos siglos de distancia, en el desarrollo de la jornada en la que el Congreso debía certificar la victoria de Joe Biden en los comicios de noviembre, se convirtió en un día de caos y violencia en el que se violentó un proceso que concluye el ciclo electoral.

En el “día de la infamia”, como ya se le conoce, el presidente Trump encabezó un mitin masivo frente a la Casa Blanca donde su retórica de polarización y del robo a la elección enardeció a las miles de personas que ahí se reunían.

“Nadie aquí quiere ver la elección robada por los demócratas ni por los medios. Nunca nos rendiremos, nunca concederemos la derrota, uno no se rinde cuando le roban. Nuestro país ya tuvo suficiente, no aceptaremos más de esto: detendremos el robo”, dijo el mandatario norteamericano.

El discurso se puede consultar en las diversas redes sociales, fue gasolina pura para esas miles de personas que viajaron de todo el país, gente a la que, durante todo su mandato les dijo que los demócratas eran la clase política que les iba a robar su identidad, que los volvería “comunistas” y que acabaría con ellos.

Luego de escuchar a su líder, los “trumpistas”, miles de ellos, se dirigieron hacia el Capitolio para denunciar lo que consideran un fraude electoral (del que no hay pruebas) y que ha sido rechazado por la autoridad judicial de EU.

La turba enardecida, provocó un enfrentamiento, la toma violenta de las instalaciones del capitolio, la interrupción de la sesión del senado, dejando un saldo de 4 personas fallecidas, casi 50 detenidos, además de diversos daños materiales.

Pero sin duda el mayor de los daños fue a la democracia más antigua y consolidada del mundo, pues es un golpe a la democracia, desde adentro, perpetrado por el propio presidente.

Lo sucedido ayer fue algo que Trump gestó, preparó, como parte de su plan desesperado para intentar anular el proceso electoral.

Ya con la situación fuera de control, el mandatario compartió un video en redes sociales y pidió a los manifestantes que se marcharan a casa.

Claro, no sin antes insistir en su retórica, en su discurso de que las elecciones fueron un robo.

«Conozco su dolor. Sé que sufren», se le oye decir. «Pero se tienen que ir a casa ahora».

«Debemos tener paz. Debemos tener ley y orden. Esto fue una elección fraudulenta, pero no podemos hacerles el juego. Tenemos que tener paz».

Finalmente por la noche la sesión fue retomada y la victoria de Biden fue finalmente certificada apenas hace unas horas.

Acabamos de ver lo que el populismo puede hacer, aún en las democracias más consolidadas del mundo, los populistas son sin duda una amenaza como lo vemos hoy en EU y como lo estamos viendo en México.

Aquí entramos en año electoral en medio de la pandemia, aquí, donde el discurso no dista mucho del “trumpismo”, donde se miente sistemáticamente, donde hemos comprobado que es bastante rentable mover las emociones más bajas de la gente con un lenguaje dicharachero, contra quienes piensen diferente al régimen que hoy nos gobierna, en lugar de buscar unirnos bajo una misma causa.

Aquí en México, la polarización va a aumentar conforme se acerque el día de la elección, los flautistas y los demagogos, tienen tierra fértil para regar sus mensajes de odio, encono y división, en esta democracia endeble que tenemos en México.

Hoy el país ha cambiado, nos prometieron que así sería, pero no de qué forma, parece que hemos dado un salto de 30 años pero hacia atrás, tenemos un país partido en dos, hundido en una pandemia que al gobierno se le fue de las manos y que llevan meses diciendo que ya estamos por salir.

Quizá sea hora del silencio, de protestar callados, pues la retórica del presidente se alimenta del ruido, de la crítica, de la reacción de la oposición a todo lo que dice y lastimosamente, la oposición alimenta de forma muy generosa los intereses del poder.

Ya vimos ayer una muestra de lo que el populismo puede hacer y en un país como el nuestro, lo que está haciendo, en la economía, en violencia, en corrupción, en todos los rubros, en todos los indicadores nuestro país está muy mal y todos los días nos dicen que vamos “requetebién”.

Esperemos por el bien de México que la anhelada historia que tanto cita el presidente López, a parte de la sombra de la muerte por las víctimas de Coronavirus, no acabe escrita además por la sangre de mexicanos enfrentándose unos a otros.

Nuestra conciencia política, nuestra reflexión, nuestros valores, nuestra unión, debe atacar con la luz del pensamiento, la sombra del populismo.

Deseo de todo corazón a cada uno de ustedes, un gran 2021, que, aunque venga también cargado de incertidumbre y dudas, esté lleno de salud y de reflexión.

Tiempo al Tiempo.

@hecguerrero

Héctor Guerrero

Periodista. Director en @politicamx @TiempoReal_mx y @losfuertes.mx Adicto a la información. Apasionado y en línea con los deportes y la política. México

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