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DESDE MI CURUL

La curul 26 de 500, situada en la segunda fila del lado izquierdo del salón de plenos del Palacio Legislativo de San Lázaro, desde ahí empecé mi experiencia legislativa el 29 de agosto de 2021, nunca antes había ocupado un espacio en el Poder Legislativo, así que sentimientos encontrados me invadían, por un lado la zozobra de ir a lo desconocido y por otra la esperanza de poder hacer mucho por mi país.

Hoy a la mitad del segundo periodo, del primer año de la LXV Legislatura, siento la necesidad de compartir mis sentimientos de lo que ha acontecido en poco más de 6 meses, narrando lo más sobresaliente en este tiempo y cómo es la sensación, me imagino que de la mayoría, al menos los de la oposición.

Es prudente mencionar que la visión y percepción que yo tenía del Poder Legislativo era desde el Poder Ejecutivo, siendo Gobernador del Estado de Querétaro 1997-2003. Sí recuerdo discusiones acaloradas y largas entre el legislativo y el ejecutivo, pero nunca las ofensas y la descalificación a priori, viví desde el ejecutivo un Poder Legislativo autónomo, libre y plural, nunca el ofrecimiento de dádivas para lograr tal o cual aprobación o dejar pasar la cuenta pública sin revisión a fondo. Puedo asegurarles que la verdadera división de poderes es la mejor fórmula para generar crecimiento, estabilidad y satisfacción en los ciudadanos, para fortalecer la República, con apego a la legalidad y respetando el Estado de Derecho.

Lo que hoy sucede, al menos es lo que yo percibo, es un Poder Legislativo roto, entre la mayoría y la oposición. Una mayoría que no escucha, sólo obedece; que no razona, cumple instrucciones; que no cuestiona, da por hecho; que no es libre, es esclava. Porque no es creíble que en esa mayoría no existan diferencias, que no haya más que un sólo pensamiento, que cual autómatas son capaces de mentir, agredir, auto convencer y caminar hacia donde se les indique. Me pregunto: ¿qué pensarán de su actuar cuando esta legislatura termine? Cuando nadie les agradezca su abyección y complicidad, pero sí el reclamo de la sociedad por no haber puesto un hasta aquí a las ocurrencias faraónicas del aprendiz de dictador.

Qué pensarán, que esto que estamos viviendo ¿es para siempre? Tendrán en sus casas hijos y familiares que se conformen con un par de zapatos y 200 pesos en la cartera, serán todos sus familiares siervos de la nación, no tendrán a alguien que los alerte de la destrucción de instituciones y del país mismo. Es frustrante y triste ver tal actitud de falsa superioridad, si la hay, es sólo numérica, porque el debate lo han perdido, la carencia de ideas propias es inexistente, y su mayor logro es haberle dado gusto a quien les paga y les ordena.

Para muestra un botón, las expresiones del presidente de la Mesa Directiva de la LXV Legislatura al aprobarse el Decreto que interpreta la Ley Electoral y deja sin efecto, por ahora pues falta el Senado, la veda electoral. Es un mensaje lisonjero y servil a su jefe, buscando los favores del rey, cuando en realidad no hay mérito alguno en el decreto de marras, pues la mayoría la tenían para violar la ley una vez más y aprobarlo sin necesidad de aparentar un feroz debate -que por cierto perdieron- y hacerse ver como un gladiador vencedor; da tristeza y da coraje, da mucho coraje. México no se merece lo que estamos viviendo, urge hacer algo distinto, con más valentía e imaginación. Creo que aún estamos a tiempo, no tengo todas las respuestas, pero si la apertura para escucharlas y la voluntad para impulsarlas.

Ignacio Loyola Vera

Diputado Federal por el Distrito 3. Primer Gobernador Panista de Querétaro

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