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Ganó la política, ni cuates ni cuotas

Luego de meses de polémica, donde MORENA (¿O López?) quería dar un golpe al INE, para apoderarse del Instituto y tener el control de las elecciones que vienen, ayer se llegó a un consenso entre las fuerzas políticas y se nombraron los 4 nuevos consejeros que el régimen quería para sí.

Ayer la política fue quien se alzó con la victoria y la aplanadora vinotinto perdieron con los infumables coleccionistas de casas y terrenos Ackerman-Sandoval, quienes querían asestar un golpe al Instituto para construir el camino a sus aspiraciones electorales.

Incluso el presidente López regañó públicamente a Mario Delgado por haber convocado a un periodo extraordinario “el único tema a tratar es la elección de los consejeros del INE”.

“Tenemos diferencias hasta con los legisladores que surgen de nuestro movimiento, ahora les voy a hacer un reclamo fraterno, fíjense que se convoca a un periodo extraordinario en la Cámara de Diputados y el único tema a tratar es la elección de los consejeros del INE y les hemos presentado dos iniciativas que consideramos importantes y no las van a tomar en cuenta”.

Pues cómo no, López le apostaba al desgaste y a que sus esbirros hicieran hasta lo imposible por reventar el proceso.

Recordemos días pasados cuando este señor Ackerman pidió “la remoción inmediata” de Ricardo Monreal, sólo porque le dijo a Carlos Loret de Mola que “lo respetaba”.

Por eso es importante el nombramiento de Norma Irene de la Cruz Magaña, Carla Astrid Humphrey Jordán, José Martín Fernando Faz Mora y Uuc-kib Espadas Ancona.

Los cuatro nuevos consejeros sustituirán a Pamela San Martín Ríos y Valles, Enrique Andrade González, Benito Nacif Hernández y Marco Antonio Baños Martínez, para el periodo 2020-2029.

Todos ellos fueron aprobados por unanimidad de los integrantes de la JUCOPO y ese nivel de consenso si otorga mayor legitimidad al proceso que viene y merma la narrativa de fraude que ya se construye por parte de algunas tribus de MORENA, sobre todo las más fanáticas y radicales, como la encabezada por el eje Batres-Noroña-Sandoval-Padierna-Ackerman-Bejarano.

Todos esos y otros personajes, querían sí o sí, reventar el proceso, pues nunca pudieron colocar a sus peones, lo que demuestra su intolerancia y el uso fáctico del poder que tienen (o que creen tener).

Pues, como lo hemos comentado ya en este espacio en varias ocasiones, lo que quiere esa ala radical de MORENA es regresar el tiempo, ir al pasado cuando el entonces IFE estaba encabezado por la Secretaría de Gobernación, donde había una simulación en la que se encontraban los demás partidos que tenían voz, pero no voto, donde se cayó el sistema y el régimen se alzó con la victoria.

Y pues cómo no podría ser así, si en sus filas tienen ya canonizado y absuelto al artífice de ese megafraude electoral de 1988, a ese megafraude sobre el cual está construida la narrativa de estos seres nada más ni nada menos que Manuel Barttlet.

Ayer, cosa rara en la política mexicana, la razón salió avante con un apoyo ciudadano que cada vez se da cuenta de que entregar el poder absoluto, está absolutamente mal.

Hoy los ciudadanos ganamos el derecho a poner un tope en el siguiente proceso electoral a través de nuestro voto LIBRE y SECRETO, a una transformación que en dos años no nos ha llevado más que al cadalso.

Por primera vez en mucho tiempo, los legisladores se preocuparon de forma legítima por defender lo que aún nos queda de democracia, los demás quedaron exhibidos como lo que son, fanáticos y porros que llaman traidores a la patria a todos quienes no les sirven.

La buena noticia es que si no se amarran, si no se integran, se van a diluir y se irán por la coladera, por esa coladera de la que nunca debieron haber salido.

Por eso, lo sucedido ayer es un respiro para quienes queremos ver un golpe de timón en el país, un equilibrio a la balanza, pues el INE es y debe seguir siendo un órgano autónomo, que si bien siempre existieron las cuotas partidistas, nunca perdió su espíritu ciudadano ni el respeto de la mayoría de los mexicanos y la prueba es que por esa razón gobiernan los que están.

Así que podemos estar tranquilos de que para las elecciones que vienen las de 2021 y las de 2023 vamos a tener un órgano ciudadano, que sabrá encauzar la voluntad de los mexicanos, es hora de que los fanáticos y los tiranos tiemblen.

Ahora la responsabilidad es nuestra, pues recordemos que en la política, como en la vida misma, nadie gana todo, ni lo pierde todo, si el punto de vista, si el cristal con el que observamos es la democracia.

Ni cuates ni cuotas para MORENA para apoderarse del órgano electoral mexicano.

Ya salvamos al INE, es hora de transformar el país en las urnas.

Tiempo al tiempo.

Héctor Guerrero

Periodista. Director en @politicamx @TiempoReal_mx y @losfuertes.mx Adicto a la información. Apasionado y en línea con los deportes y la política. México

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