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Legión 501: corazones de otra galaxia

Suena el teléfono temprano, la “Skull Garrison” (guarnición calavera) es solicitada en el frente: estudiantes, doctores, ingenieros, etcétera, preparan sus armaduras, se equipan y toman sus blasters y sables láser.

Aterrizan afuera de la casa y esperan a que den la orden para abrirse paso… los momentos previos son una mezcla de extremo sigilo, sudor e incomodidad, causado por las armaduras.

Al tener la luz verde, entran en tropel por el vestíbulo y se encuentran con un niño a quien le cambia la cara, sonriendo de oreja a oreja al ver a Darth Vader escoltado por sus soldados.

Por unas horas, la familia y el chiquillo olvidan todo dolor y preocupación y se dedican a jugar y mostrarles la colección de figuras a un grupo de villanos de “una galaxia muy, muy lejana”… Esto es la Legión 501, muchísimo más que un club de fans.

Fundada por Albin Johnson en 1997, como el gesto de un fanático para una premier, hoy la Legión 501 es el club de fans oficial de Star Wars más grande del mundo, integrado por más de 10,000 personas en 40 países.

Además de unir a los fanáticos para celebrar las películas y su folklore, la Legión tiene la misión de contribuir a la comunidad mediante acciones filantrópicas.

Skull Garrison en acción a favor del Teletón

Para poder enlistarse en la legión, los aspirantes deben ser mayores de edad, tener interés en la labor altruista y contar con un disfraz de villano de la saga, que cumpla con los altos estándares del Costume Reference Library, y que haya sido aprobado por los mandos locales, regionales e internacionales. 

Dividida en “guarniciones”, la 501 tiene presencia en México con sus cuatro filiales: el Mayan Squad, la Mexican Garrison, los Rancor Hunters y la Skull Garrison; esta última, es la que le corresponde a Querétaro, junto con otras partes del bajío. 

El Stormtrooper TK-26302 (Rafael Román) y el Sandtrooper TD-9817 (Jorge Reyna) son miembros destacados de la Skull Garrison desde hace años, de hecho, Jorge es uno de los fundadores de la guarnición en Querétaro.

Además de tener presencia en conferencias como la CONQUE, asisten frecuentemente a asociaciones como APAQRO, AMANC y los hospitales del Teletón y la Cruz Roja.

Darth Vader en el Jardín Zenea.

Sus contribuciones van desde pedir donaciones voluntarias a cambio de fotos (por ejemplo, croquetas, en el caso de APAQRO), hasta visitar hospitales y pasar tiempo con los pacientes. 

Pero no todo ha sido fácil. Rafael y Jorge cuentan que muchos recintos y asociaciones no se han mostrado receptivos cuando los miembros de la guarnición ofrecen su trabajo voluntario, según les dicen “porque no le encuentran el beneficio”. 

“Cuando te pones el traje y sales a la calle, sólo das unos pasos y cinco o seis personas se te acercan para pedirte una foto… muchas veces, incluso, llegan los niños temerosos (por los trajes) porque son los papás los que quieren la foto en realidad…”.

Troopers de Skull Garrison

El costo de cada traje es altísimo, sin tomar en cuenta que muchas veces son hechos a mano y perfeccionados durante años. Sin embargo, Rafael y Jorge aseguran que vale toda la pena cuando la gente que ayudan se alegra al verlos o cuando patrullan las calles de la ciudad, preguntándole a los queretanos por una nave mal estacionada.  

Sólo basta con encontrarse a la Skull Garrison un domingo al medio día en el jardín Zenea para comprobar todo lo anterior.

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