Ela, la perra que fue quemada con ácido en el municipio de Huitzilac, murió la mañana de este martes debido a las lesiones que sufrió.
Maru Díaz, dueña de Ela, dijo que su mascota, a quien adoptó hace ocho años, no sobrevivió a las quemaduras que un vecino del Fraccionamiento Montecasino le provocó a la perra.
La agresión ocurrió el 5 de noviembre.
Desde afuera de la casa en la que habitaba Ela, un vecino, plenamente identificado por los dueños de Ela y por las autoridades judiciales de Morelos, arrojó ácido a la mascota a través de una malla.
El ácido provocó que Ela perdiera completamente la vista en el ojo izquierdo y en un 60 por ciento en el izquierdo.
Además le ocasionó quemaduras en el hocico y en el sistema respiratorio y digestivo.
“Tenía el ojo izquierdo completamente quemado, una úlcera del 100 por ciento de la córnea, el ojo derecho tiene el 60 por ciento quemado.
“Tiene quemadas las vías respiratorias desde nariz, esófago, lengua, todo el hocico, todo el interior de la boca”, contó Maru.
La dueña de Ela recordó el momento en el que su vecino agredió a su perra.
“Estábamos en casa, mi papá en su casa y yo en mi casa, y yo escucho el chillido, un chillido desesperante, horrible, y salgo corriendo… al momento en el que salgo, justo mi vista de frente es esa colindancia con la malla y veo que Ela sale corriendo de ahí y se va al cuarto donde duermen, que es el cuarto de servicio donde tienen sus camas, entonces sale mi papá, me pregunta qué pasa, les empiezo a hablar a todas checando que estén bien y me meto de inmediato a ver a Ela.
“En el momento en el que entro al cuarto de servicio desde la entrada me empezaron a arder los ojos, percibo un olor espantoso, me acerco y ya la veo retorciéndose en su cama, llena de sangre, con un aullido de dolor horrible y solamente le grito a mi papá que Ela está lastimada, yo corrí por una cubeta con agua para empezar a enjuagar lo que tenía, tratar de que no tragara, enjuagar la boca, lo que pude y en eso empiezo a oír unos gritos, entonces salgo y veo que mi papá le dice al vecino cómo le podía hacer eso a un animalito”, dijo.
Ela fue llevada de inmediato a un veterinario en la zona.
La agresión fue denunciada ante la Fiscalía General del Estado (FGE) y ante la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de Morelos (Propaem).
Hasta el momento solo los agentes de la Fiscalía han llevado a cabo un trabajo de investigación del caso.
Además de recabar evidencias y realizar entrevistas sobre los hehcos, han solicitado reportes médicos oficiales a los veterinarios que atendieron a Ela.
Sin embargo, la Propaem ni siquiera ha dado trámite a la denuncia interpuesta por la dueña de Ela.
Maru la recordó como una perra niñera, dulce y protectora de los niños que convivían con ella.
“Quien la conoce te podría decir que es la perrita más dulce, es super juguetona, es una perrita que brinca en el tumbling con mi sobrina, le encanta, es súper niñera desde que llegó a la casa, me ayudaba a cuidar a mi sobrina desde que tenía menos de un año, es una perrita super cariñosa, muy obediente y dulce”, contó.
La exigencia de la dueña de Ela es que las autoridades ejerzan acción penal sobre el vecino que arrojó el ácido y que sea sometido a un proceso judicial que concluya con una pena privativa de la libertad.
“El hecho de que un perrito sea maltratado en el interior de su domicilio por una persona ajena no tiene nombre, porque es el lugar donde tendrían que estar seguros, entonces se merece esto un castigo ejemplar porque pudo haber sido un niño, pudo haber sido una de mis sobrinas, pude haber sido yo, esta persona no midió sus actos, ni las consecuencias y entonces yo espero un castigo ejemplar.
“No espero una restitución de daños y de gastos veterinarios, por supuesto que no, no es lo que busco, yo lo que busco es un castigo ejemplar”, dijo.
Hasta el momento ninguna autoridad de Morelos se ha pronunciado en torno a la agresión.