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La pandemia ha sido una oportunidad para innovar en educación: Jemima Peláez

En seis meses, una idea experimental para llevar educación a niños en situación de calle se ha multiplicado y ha trascendido las fronteras del estado de Querétaro.

“En el semáforo se aprende” surgió por la inquietud de la maestra Jemima Peláez por darle seguimiento al proceso educativo de aquellos niños y niñas sin acceso a la televisión o internet durante la pandemia de Coronavirus. 

“En agosto solo estaba yo como maestra y mis alumnos y había muchas preguntas de parte de las personas que se querían sumar, ya somos más de 70 en calle”, explica la profesora de educación especial Jemima Peláez en entrevista con EL QUERETANO.

Jemima Peláez, fundadora de «En el semáforo se aprende» A.C.

El modelo generó interés en otros municipios y estados para replicar la experiencia. Incluso más allá de México.

En septiembre de 2020 hubo contacto con la maestra de Yara Alemán, de Nicaragua, promotora de la iniciativa «Primera Base». Tras compartir experiencias, los voluntarios comenzaron a salir a la calle en el municipio nicaragüense de Jinotega, acercando la educación a los niños de dicha localidad.

En noviembre la iniciativa se formalizó como Asociación Civil, lo cual permite aceptar donativos de mayor cuantía para cubrir las necesidades de materiales de los voluntarios y de los centros educativos que han abierto en Amealco, Vizarrón y La Griega. 

“Próximamente vamos a abrir Tolimán, es nuestro sueño abrir un centro educativo en cada municipio y poder brindar apoyo a todos los que no tienen tele”, agregó.

Del semáforo a la escuela 

La maestra Jemima comenzó con grupos pequeños, en los cruceros de Av. Cimatario con la Carretera México Querétaro, así como en Pasteur y Constituyentes. 

Ahí, con la anuencia de los padres, reunía a grupos de tres o cuatro niños para ofrecer terapia educativa.

Es decir, reforzar habilidades básicas para el proceso de enseñanza aprendizaje, como las funciones mentales superiores, la coordinación y algunas habilidades de pensamiento. 

Sin embargo, gracias al apoyo de la Secretaría de Educación del Estado de Querétaro la asociación tuvo contacto con el Consejo Nacional de Fomento Educativo.

Ahora buscan ir más allá y que lo que se aprenda entre ciclos de semáforo, con el ronroneo de motores y mucha dedicación, tenga validez oficial. 

“Era algo que creíamos imposible, estamos viendo la manera que nos den una clave de escuela migrante para poder brindar validez oficial a los alumnos de preescolar, primaria y secundaria”, relata con emoción la profesora. 

Innovación pedagógica

Aunque el recrudecimiento de la pandemia ha llevado a suspender las actividades. Los voluntarios están en espera de que las condiciones mejoren para seguir atendiendo a los 105 estudiantes que a la fecha tienen registrados. 

La pandemia quita, pero también da. Ha sido el motor y la libertad para pensar otras formas de hacer las cosas en materia educativa, considera Jemima Peláez en entrevista con EL QUERETANO.

“Creo que la pandemia nos está permitiendo crear pedagogía, nos está permitiendo crear el material” relata la educadora.

Esta iniciativa es una muestra que desde abajo, conociendo las necesidades en el aula se puede innovar en lugar de solo adoptar modelos que tal vez no se adapten a la realidad de cada localidad.

“Me encanta la idea que nos permitan crear nuestro currículo, y tener esta libertad de crear material, cuadernillos, videos, canciones, salas de conferencias… esta libertad que hemos tenido gracias a la necesidad, es la que ha permitido que los maestros se reconstruyan cada día”, apunta Jemima Peláez. 

Voluntarios de la Asociación Civil «En el semáforo se aprende».

Gabriel Morales López

Periodista. Columnista en El Queretano y en Imagen Querétaro 94.7 de FM.

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