Columna InvitadaMirador

Los mil años de la 4T

ACCIONES Y RAZONES/ Efraín Klériga

  • La gente de la 4T actúa como una camarilla que espera estar en el poder hasta que la muerte los separe.

Malos tiempos los nuestros, inicia Octavio Paz su ensayo Tiempo Nublado. Vivimos otro tiempo, más malo y nublado, bajo una tormenta perfecta: La pandemia y López Obrador.

La crisis galopa al ritmo de muerte, con desempleo voraz, con pobres jugándosela al tratar de ingresar a EUA sin documentos, con la pobreza escalando a miseria.

Para el presidente niños con cáncer, funcionarios venales, narcos gobernando estados, son menos problema que la prensa crítica y los organismos públicos autónomos.

Si analizamos las jornadas matinales de adoctrinamiento, no hay más enemigos para López que la prensa y los organismos públicos autónomos.

La delincuencia organizada “se porta bien” y sus figuras deben ser tratadas sin apodos, pero para la prensa crítica y la oposición los despectivos llenan páginas.

López ha tejido ya su “compló”, la conspiración fifí, que lo mismo alimenta a FMI que al The Economist, al Washington Post, a Reforma o Letras Libres.

La dialéctica de López son las leyendas urbanas tejidas por décadas por esa sucia izquierda mexicana estalinista y castrista, que decía que Petróleo es riqueza y sin maíz no hay país.

Tomar instituciones está en la hoja de ruta de López Obrador, le estorban y por eso pueden esperar el combate a la delincuencia organizada o instituir un buen sistema de salud.

Él va por las instituciones y por tanto, contra la libertad de expresión, porque son los enemigos naturales de una dictadura y no ha podido con los que más le suben la glucosa.

En ninguna parte del mundo prensa e instituciones de control fomentan dictaduras, al contrario, las desnudan, les ponen un dique. Pero López tiene otros datos.

Los organismos públicos y la prensa crítica son la máxima ganancia de la República desde los 90. En ellos ha descansado la libertades de expresión y el sufragio efectivo.

Pudo deshacerse de los derechos humanos y desde entonces el gobierno federal, es como el del dictador Rafael Videla, derecho y humano, como el cacique Gonzalo N. Santos, moral con muchas moras.

La Ombudsperson es una don nadie que durante 45 años usó al pecho la foto del desaparecido hermano, uno de los homicidas de Eugenio Garza Sada.

Pero López Obrador y sus principales lugartenientes —lo muestran a diario— tienen pensado quedarse en el poder hasta que la muerte los separe y leyes e intuiciones democráticas les estorban.

Además, frena su poder y lo enloquece no disponer de los remanentes del Banco de México, no poder gastar los derechos especiales de giro y tener más dinero para sus obras.

Pero primero irá por el Instituto Nacional Electoral y el Tribunal Electoral y los órganos electorales estatales, porque frustran sus planes de gobernar a perpetuidad.

El golpe piensa iniciarlo apenas inicie la LXV legislatura, y huevo de la serpiente se disfrazará tras reivindicaciones que ha pedido la mayoría: Recortar curules y bajar el financiamiento a partidos.

También ensordecerán a la opinión publica con su mentada “revocación”, para hacer un paquete de todas o ninguna, y justificar la limpia en el INE y el Tribunal Electoral.

Luego del INE seguirá el INAI, ya ha espetado y repetido que eso de la transparencia lo debe hacer la propia autoridad y no que haya un árbitro que le diga que respeten la Ley de Transparencia.

Creen que Morena durará 100 años, pero el Tercer Reich iba a durar mil y duró 12 y las cabecillas se suicidaron o fueron encarcelados.

Un buen amigo decía: Teme más el enojo de quienes parecen aguantarlo todo, porque un día revientan con furia. Algo así como el pueblo bueno de López.

Pero para personalidad enferma que cuando mira al Sol ve su retrato, es enojoso ver sus mentiras exhibidas o que una institución le enmiende la plana con eso que se llama Ley.

Por eso también va por el Banco de México, que ya no diga que los derechos especiales de giro no es dinerito que regala el FMI y que no los puede usar como venga en gana.

El primer intento para quitarle la autonomía al Banco de México es Arturo Herrera, un quinta columna que debe romper la hegemonía técnica de la institución.

El señor presidente ungido por el voto popular y libre, está convencido, que el país solamente necesita sólo un poder, una institución para ser feliz feliz: Él.

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