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La guerra de las vacunas

La sabiduría popular advierte: cuídate de las aguas mansas… esto viene a colación por lo siguiente. Le cuento.

La disputa entre el gobierno estatal de Querétaro y la delegación de la Secretaría de Bienestar por la vacunación contra el COVID 19 en la capital del estado, es algo más que un frívolo desencuentro. Se trata de una de expresiones más interesantes de la guerra del actual proceso electoral.

No se necesitan dos dedos de frente para suponer que el programa nacional de vacunación contra el virus que provocó la pandemia que ha tenido en vilo al país desde marzo del año pasado tiene un trasfondo electoral.

Y que el objetivo es reforzar el clientelismo con los adultos mayores, a quienes se pretende como parte de la base electoral del actual gobierno federal dado el benéfico subsidio bimestral que les ha venido otorgando, tampoco es descubrir el hilo negro… si se tienen dos dedos de frente.

Ahí es que se justifica la férrea defensa que se hace de la campaña, en cuya operatividad no se deja entrar a ninguna autoridad ajena a la federal (léase: Secretarías del Bienestar, Salud y Defensa Nacional). Incluso, las autoridades locales no participan siquiera en la logística, sólo en la autorización de los lugares donde se instalará el centro de vacunación.

Es así como fue operando en los municipios del estado, hasta que se tocó la zona conurbada de la capital del estado. Ahí ya las autoridades panistas se habían dado cuenta de cuál era el objetivo político de la campaña de vacunación, por lo que la prestación de los lugares no fue tan ligera como lo había sido y con todo el mérito para el gobierno federal del partido Movimiento de Regeneración Nacional y la delegación del Bienestar.

¿Acaso necesita mayor explicación el comunicado oficial que colgó la delegación de la Secretaría del Bienestar en sus redes sociales el 12 de marzo pasado, donde marcaba su territorio y advertía que son “el único medio oficial para emitir información relacionada con las jornadas de vacunación”?

Con eso terminó con todas las especulaciones provocadas por declaraciones de funcionarios estatales. E incluso, el gobernador Francisco Domínguez declaró, ese mismo 12 de marzo, que buscaba una reunión con la delegada Rocío Peniche para colaborar en la preparación de la jornada de vacunación en los municipios conurbados de la capital queretana, es decir, le daba su lugar a la funcionaria federal como la cabeza del proyecto.

Arriba le decía que la base clientelar del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador son los adultos mayores. En realidad, más que serlo per sé, ha sido su enfoque. Es decir, ha puesto énfasis en ellos con sus manifestaciones personales, físicas y verbales, así como con el enfoque de sus políticas asistencialistas. La vacuna se vende (políticamente) como una prestación que da el presidente de la República y su partido a la población más desprotegida

La razón de ello, es que en una movilización político electoral, son precisamente las personas de este grupo de edad, principalmente las más pobres y en condiciones de mayor marginalidad, las que son más fáciles de movilizar (llevar a las urnas, pues).

Además de que son quienes guardan mayores niveles de agradecimiento para con aquellos que los asisten y se prestan a la manipulación positiva (aquella en la que quieres que hagan algo que te favorezca), como que voten por tu partido.

Con éste grupo en control e inoculado contra el virus que causa el coronavirus, ya no habrá problema para sacarlo a votar el día de las elecciones, sin importar las campañas de miedo que se lancen en el proceso.

Porque el presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido ya aprendieron la lección de las elecciones perdidas el año pasado en Coahuila e Hidalgo.

Entre muchas otras variables que los estudiosos han encontrado, una de las principales causas de la derrota morenista fue que los adultos mayores no salieron a votar por miedo al coronavirus.

En oposición, sí lo hicieron los millennials y adultos de clase media, que son la base electoral de sus adversarios, quienes inclinaron la balanza en favor de aquellos que resultaron ganadores de ambas jornadas comiciales.

En el caso de Querétaro la situación es similar. Y la tiene bien entendida el gobierno estatal y el Partido Acción Nacional. Si el partido Movimiento de Regeneración Nacional le apuesta a los adultos mayores, la base electoral albiazul es esa amplia clase media aspiracional existente (y, ya de paso, les digo que la puesta del Partido Revolucionario Institucional es que su dirigencia estatal y candidatas conecten con los millennials y los lleven a repetir el éxito de 2020 en Coahuila e Hidalgo).

Por eso fue el estire y afloje para la instalación de los centros de vacunación en la capital del estado entre las autoridades estatales y federales. Unos buscaron romper el clientelismo y poder tener participación en el proceso, y los otros creían que hallarían el camino alfombrado… El país que está a orillas del mar quedará convertido en pastizales donde se junten los pastores, y en corrales para los rebaños.

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