Columna InvitadaMirador

El ultraconservador que se cree de izquierda

Efraín Klériga / ACCIONES Y RAZONES_211013

* El regreso al México de 1960 no puede considerarse progresista y querer un régimen sin controles, es buscar el estado hegemónico y conservador.

Pedir que se regrese al marco Constitucional que tenía el sector energético en 1960, no puede llamarse progresista y menos considerarse “izquierda”.

No puede ser progreso, regresar a generar energías con procesos que emiten una alta cantidad de gases con efecto de invernadero, GEI en plantas obsoletas.

Regresar al carbón y el petróleo para producir electricidad, no es lo que hacen socialdemocracias europeas sino lo que intentó el retrógrada Donald Trump.

Para el ultraconservador senador Ted Cruz, el “cambio climático es la teoría pseudocientífica”, para AMLO las turbinas eólicas son ventiladores que afean el paisaje.

El Calentamiento Global es una realidad que hoy le cobra factura, con incendios forestales, sequías o lluvias catastróficas, a millones de mexicanos que pierden bienes o cosechas, y hasta la vida.

Pero respetar la vida, el fruto del esfuerzo o garantizar la propiedad, no es el fuerte de la 4T, para AMLO, “rompérsela” para aspirar a vivir mejor o educar a los hijos, es egoísmo.

La izquierda de Biden, que tanto espanta a los conservadores en EUA, ha emprendido un “New Deal” con las energías limpias y otras acciones “verdes”.

Hace años que, en Iowa y California, las cooperativas energéticas creadas durante el New Deal de Roosevelt, generan con viento y luz solar y generan empleo.

Hoy, hoy, hoy, como diría un clásico de la política mexicana, la parte del sector energético que más empleo crea en todo el mundo, es la energía limpia.

Pensar que la Cuarta Transformación es un gobierno progresista, es como creer que José Stalin, Mao Zedong, Fidel Castro, Pol Pot, fueron demócratas

Los términos “izquierda y derecha” (políticas) nacen de la situación en como sentaron realistas y antirrealistas en la Asamblea Constituyente de Francia, en agosto de 1789.

La izquierda inicia exigiendo limitar el poder del monarca y luego añade derechos inalienables: la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión.

Por tanto, las premisas básicas de una izquierda son: Limitar el poder del gobierno, otorgar seguridad, respeto a la persona, su propiedad y el derecho a disentir.

En 1787 la Constitución de Estados Unidos inicia con la frase: “Nosotros, la gente” (We the people) y buscar el poder ciudadano será la vanguardia política por 100 años.

La Independencia de Estados Unidos y la Revolución Francesa inspiraron el gran cambio político de la humanidad, las democracias y el adiós a los monarcas absolutos.

Karl Marx, quien inventa que la propiedad privada no debe existir, vivió de arrimado, sin ganarse el pan, a la usanza de los teóricos y dirigentes de la Cuarta Transformación.

En la URSS, la China de Mao, Cuba, el Khmer Rojo, las hambrunas, los asesinatos de disidentes, la privación de las libertades y de la propiedad, han sido la tónica.

Izquierda y derecha, por tanto, aluden prístinamente, éstos a limitar el poder del gobierno y hacer prevalecer los derechos, aquellos, a engrandecer el poder absoluto.

La Unión de Repúblicas Soviético Socialistas que proscribía la libertad política se murió hace 33 años, literalmente, de hambre, mientras EU y Francia son aún democracias.

Por tanto y haiga sido como haiga sido, regresar al estatismo es conservador y por tanto es derecha y progresar con la ciencia como base, es izquierda.

Respetar los derechos de toda la gente, el derecho a decidir, pensar, trabajar, aspirar a vivir mejor, y a limitar el poder del Estado, es lo que puede considerarse democracia e izquierda.

Así que el conservadurismo actual, o los gobiernos que llaman a un comunismo y a un estatismo, que ya probó su fracaso y que sigue fracasando. Son los conservadores.

En 1982, luego de dos sexenios “estatistas y nacionalistas”, la crisis era tan profunda, que la deuda pública externa significó 93% del PIB y el déficit fiscal fue de casi 20 por ciento.

Por tanto, López Obrador encabeza típicamente una derecha que busca el estatismo, coartar las libertades, no respeta la propiedad privada y romper toda regulación.

User007@mxpress.mx

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