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El día de los traidores y los perjuros

La ventana populista se cierra en América y aquí los embates de AMLO y sus gamberros se agravan con el “plan V”.

Luego del 6 y 7 de diciembre el populismo que se había enseñoreado por toda América ya no es el mismo, y los caudillos populistas parecen comenzar a caer por su propia sevicia y deshonestidad.

El 7 de diciembre fue un día de Luna Llena, para la astrología Luna Llena en Géminis con Saturno trígono Marte que inició el día 6, y para el Feng Sui inicia el mes de la Rata de Agua, lo que todo eso quiera decir o no diga.

El 7 fue para la historia de Latinoamérica el día de los perjuros, hasta donde este simple escribidor columbra, un día que estará marcado en la historia de Perú, en la de México, y en menor grado en la de Argentina y Estados Unidos.

Ese 7 de diciembre ocurren eventos de importancia en la vida de cuatro populistas, tres autonombrados de izquierda y uno, supremacista blanco. Todos ellos conocidos y reconocidos como taimados y mentirosos.

Ese día mientras en Lima el ahora expresidente en desgracia, Pedro Castillo, intentó dar un Autogolpe de Estado, en México, Andrés Manuel López Obrador inició una asonada contra la República con un fraude a la ley.

Un día antes, el 6, la fiscalía de Manhattan logró sentencias contra el emporio inmobiliario del expresidente Donald Trump que durante 15 años defraudó millones de dólares al fisco y, el FBI, revivió el caso de los documentos de Mar-a-Lago.

Ese mismo 6 la vicepresidenta de Argentina Cristina Kirchner fue sentenciada a seis años de prisión e inhabilitada de por vida para ocupar cargos públicos por administración fraudulenta en perjuicio del Estado.

Todos ellos han sido perjuros, todos se ha empoderado burlando la Constitución que durante su advenimiento presidencial habían jurado cumplir y hacer cumplir.

Los delitos cometidos por Pedro Castillo este 7 de diciembre fueron sedición, abuso de autoridad y grave perturbación de la tranquilidad pública al intentar desconocer a los poderes legislativo y judicial y suspender derechos ciudadanos.

Castillo y López Obrador mostraron ese día que para ellos permanecer en el poder es más importante que la legalidad, el consenso y la vida republicana de sus países, y la ley es su ley.

Es claro que Castillo calculó mal la sublevación y no supo consensuar el apoyo de las fuerzas armadas para dar el autogolpe y desaparecer al poder legislativo donde finalmente se votó un tercer intento para defenestrarlo.

Tras darse cuenta de que había quedado como un sedicioso, Castillo habló con su homologo mexicano, el populista López, para que le diera asilo, quien aceptó otorgarlo, pero el peruano no logró llegar a la embajada mexicana.

Aunque la Constitución obliga a López Obrador a la no intervención y la autodeterminación de cada pueblo, el macuspano interviene cuando se le pega en gana y cuando le conviene a sus fines usa la Doctrina Estrada como excusa.

López Obrador inicia el7 de diciembre una sublevación contra la democracia mexicana, primero con una iniciativa de reforma a la Constitución que sería rechazada, luego, con el llamado “Plan V”, V de vergüenza o venganza.

Por la forma en como fue presentado a la Cámara de Diputados y llevado al pleno y votado por diputados zombís, figura ya como una traición a la Patria equiparable a las de López de Santa Anna o Victoriano Huerta.

La intención principal del plan ilegal es que sus corcholatas no puedan ser sancionadas por hacer campaña anticipada, en horarios de trabajo, con recursos públicos humanos y materiales o con dinero de dudosa procedencia.

Por ello el mismo presidente que pidió considerar delito grave a los delitos electorales, saca los actos anticipados y el uso de dinero publico o de origen ilegal, del catálogo de delitos electorales.

López también intenta empequeñecer al INE y todo el sistema electoral con la finalidad de que disminuya la vigilancia durante el proceso electoral y que se puedan filtrar boletas e incondicionales como funcionarios de casilla.

Quiere anular el sistema de resultados preliminares, para evitar que desde la noche de los comicios comiencen a fluir resultados y las derrotas contundentes puedan ser revertidas.

Su ley corcholata o ley gamberra intenta abrogar 80 distritos electorales, para que en esos no haya nadie que vigile, quiere otorgar el voto desde el extranjero sin credencial de elector.

Modifica el umbral para que sus satélites, PT y Verde, no estén en peligro de perder el registro en cada elección, con un sistema de préstamos de voto y descontando como votos válidos los votos para candidatos independientes.

Pero no sólo eso, la ley fue llevada al pleno de la Cámara de Diputados y votada en forma ilegal, en petit comité se cambió de iniciativa presidencial a iniciativa de partidos para que pudiera votarse la dispensa de trámite.

La ley se votó horas después de llegar al Congreso y con la dispensa de lectura aunque ninguno de los diputados presentes hubiera recibido el dictamen con tiempo y pudiera leerlo. La mayoría morena aprobó un dictamen sin conocerlo.

López Obrador, Adán Augusto López, Ignacio Mier Velazco, Leonel Godoy y los coordinadores del PT y el Verde, cometieron traición a la patria, fraude a la ley, abuso de autoridad, coalición de funcionarios, al menos.

Todos los delitos cometidos, que involucran tanto a los funcionarios y diputados que presentaron la ley como a los que votaron las dispensas y el dictamen mismo, son graves y no prescriben.

López Obrador agrega el perjurio, y el hombre que mató a un hermano, presuntamente al arrebatarle una pistola, sigue asesinando a la República y a personas.

User007@mxpress.mx

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