Desde la otra fronteraMirador

Caos electoral y percepción mediática

Si los medios informativos (y las redes sociales para el caso) fueran un verdadero reflejo de una sociedad, la gente estaría mas consciente del estado de cosas. 

Un ejemplo muy reciente, la tragedia del submarino Titan, que salió de la costa de Saint John’s, en Terranova, Canadá. El pequeño sumergible con 5 millonarios aventurándose a explorar las ruinas del Titanic implosionó por la presión del fondo del mar, generó una frenética búsqueda de equipos americanos y canadienses, y una cobertura noticiosa mundial inmediata. Luego vino la “cruda informativa”, pues días antes poco se dijo de una barca con 700 migrantes africanos que se hundió en el Mediterráneo, donde la guarda costera tardo horas en reaccionar, y con muy poca ayuda de naves cercanas; y empezaron las comparaciones…

¿Fue porque eran millonarios que se lanzó un gran despliegue de naves y equipos multinacionales? ¿o por que iban a ver el famoso Titanic y acabaron como ellos, que se hizo noticia? ¿Por qué no se hizo el mismo ruido mediático ni se dio la misma ayuda a los migrantes del barco que se hundió?

Pues los medios canadienses, obvio, dieron mucha cobertura al Titan, y de hecho en las últimas semanas relativamente poco se ha hablado de las elecciones municipales en la capital de Ontario, y más poblada ciudad del país, Toronto, que es mañana. 

Algo que he mencionado en este espacio es que, para los canadienses, la política no es tema favorito; las campañas duran apenas 45 días o menos, y como ningún partido o candidado (las elecciones municipales no operan por partidos) recibe fondos públicos para ello, el dinero para propaganda es solo lo que cada uno consiga por su cabildeo personal.

De hecho, las elecciones para presidente municipal de Toronto van a ser históricas por dos razones, una por el número de candidatos registrados: 102; la otra, por que los principales contendientes no son blancos nacidos en Canadá, o como se les llama, son “racializados”. Recordemos que el exalcalde renunció a su puesto a pocos meses de su reelección, debido a un escándalo por haber tenido como amante -siendo casad0- a una exempleada municipal.

Los tres contendientes más fuertes, en orden de preferencias electorales son: Olivia Chow, Ana Bailao y Mark Saunders. Y aunque oficialmente ninguno se postula por ningún partido, dos de ellos han recibido el espaldarazo de figuras del Partido Conservador y la que está al frente de las encuestas es la viuda de un famoso político que fue líder del tercer partido de Canada, el Neo Democrático.

¿Quiénes son estos candidatos?

Mark Saunders, 61 años de edad y de raza negra, fue jefe de la policía de Toronto, nació en Inglaterra de padres jamaiquinos y recibió recientemente el apoyo verbal del actual Premier de Ontario, Doug Ford. Su paso al frente de la policía dejó mucho que desear y ahora es el 3º en preferencias de la larga lista de suspirantes.

Ana Bailao, de 47 años, nacida en Portugal, ha sido por mucho tiempo parte del cabildo de Toronto, con experiencia en programas de vivienda social, recibió recientemente el endoso del exalcalde John Tory.

La contendiente más fuerte es Olivia Chow, viuda del famoso líder del NDP, Jack Layton, nacida en Hong Kong, llegó a Canadá a los 13 años, estudio Filosofía y Bellas Artes; inició su activismo promoviendo la disculpa oficial del gobierno federal por el “Impuesto por Cabeza de Chinos”, ha ocupado cargos a nivel municipal y federal. Es reconocida como luchadora social y acude a sus campañas en bicicleta, como lo hacía Layton.

Según los analistas, esta campaña electoral muestra caos en una ciudad con el mayor número de habitantes del país, la más alta multiculturalidad del mundo, una crítica falta de vivienda, un sistema de transporte público decadente y algunos brotes de inseguridad. Si Olivia gana las elecciones, sería con menos de una tercera parte de los votos de todo el electorado, y sin embargo la ciudad y su gente siguen adelante, después de los resultados de mañana poco será lo que se dirá en los medios, pues no es un tema que guste.

Y mientras tanto en México, se sigue hablando de las elecciones de 2024 más que de las que ocurrieron hace pocos días y que algunos califican como el entierro del que fuera uno de los partidos políticos que ha durado más tiempo en el poder en el mundo, el PRI. Tanta repetición de los mismos temas, las mismas caras, genera un aburrimiento en los espectadores, más en una época donde el flujo de información en medios o en redes sociales es muy rápido. 

Según los medidores de tendencias, en México, a la gente le interesan más los resultados de fútbol que ningún tema político o económico. Y hablando del poder de la imagen, pensemos en esto, con tanta gente que no sabe o no gusta de leer, ¿qué es lo que queda en la mente de los ciudadanos, los rostros de los jugadores políticos o las siglas del partido al que pertenecen? ¿Cuánta gente entiende o le importa el nombre del partido por el que votan, PRI, PRD o Morena (por no mencionar tantos priistas empanizados que como camaleones se ajustan al gobierno en turno)?

En Canadá como en Estados Unidos se usa un término que no existe tal cual en español, “tax payer money”, es decir el dinero que los ciudadanos pagan en impuestos y que constituyen los recursos que usan los gobiernos en todos sus programas, su sueldos y proyectos. Si traspolamos eso a México, cómo reaccionaría la gente si le dicen el dinero que gastan los partidos en campañas que duran años y en sus programas sociales con los que compran votos no son regalos generosos de papá gobierno, es el dinero que los trabajadores, consumidores y empresas le entregan por medio de impuestos; con los cuales se debería construir infraestructura, fortalecer el sistema educativo, de salud, la seguridad pública, etc.

Una de las mayores herramientas coercitivas del gobierno mexicano es usar como única identificación oficial la credencial de elector, casi ningún país lo hace, es solo para asegurarse que se cubren las apariencias democráticas. No tiene sentido usar de manera cotidiana para cualquier tramite oficial un documento que en teoría se usa cuando mucho solo 1 vez cada 3 años; es como si la máxima autoridad del país fuera el Instituto Electoral. En Canadá, es la provincia la que emite la tarjeta de identificación oficial, igual que las licencias de conducir, los documentos de identidad más comunes en el mundo, junto con los pasaportes, emitidos por el gobierno federal.

Por lo visto a la gente le gusta perseguir fantasmas del pasado y admirar las ruinas de los gigantes hundidos con nombre famosos, aun a riesgo de morir en el intento.

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