La Dra. Izarelly Rosillo Pantoja, investigadora de tiempo completo de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), acudió a la tercera reunión de la Conferencia de las Partes en el Convenio de Minamata sobre el Mercurio (COP3) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), celebrada en el Centro Internacional de Conferencias de Ginebra, Suiza.
La experta en temas ambientales fungió como observadora y asesora de la Delegación Mexicana en dicha reunión con la finalidad de compartir el resultado de diversas investigaciones en torno al mercurio, particularmente la situación que atraviesa Querétaro, en donde prevalece la extracción artesanal de este metal pesado en minas de la Sierra Gorda queretana.
“Participé como observadora para manifestar la posición de la UAQ; sobre todo a defender los derechos de los mineros para que las políticas públicas y en los planes nacionales de gestión se incluya un componente para la reconversión de actividad minera, con una visión de protección de los Derechos Humanos”, resaltó la académica.
El Convenio de Minamata sobre el Mercurio es un tratado internacional que sirve para proteger la salud humana y el medio ambiente de los efectos adversos del mercurio; los países miembros de la ONU acordaron eliminar dicho elemento del Planeta.
“Es la tercera ocasión que la Universidad participa, la primera asistió como asesor de la Delegación Mexicana; esta vez acudimos como observadores, sin embargo, estuvimos dándole asistencia jurídica y opiniones a la Delegación Mexicana para que se pronunciara en la defensa de algunos puntos; durante toda una semana se discuten documentos importantes para vigilar el cumplimiento del Tratado relacionado con los diagnósticos de los países, con los documentos que hacen evidente que se cumpla el Tratado”, destacó la Doctora.
Durante la tercera edición de la Conferencia de las Partes en el Convenio de Minamata, los mexicanos presentaron un diagnóstico nacional sobre la generación de mercurio, dónde se usa, cuáles son sus fuentes, cuál es el porcentaje de este metal que se utiliza, las políticas públicas que se emplean, entre otras directrices.
De igual forma, la investigadora recordó la importancia de que la Universidad deba ocuparse de los problemas que atañen a la sociedad, “tenemos que responder a las necesidades para que estemos generando investigaciones que cambien realidades, porque si no lo hacen, solo estaremos generando investigaciones de escritorio y necesitamos a modificar los entornos sociales en espacios con mayor calidad de vida, mayor igualdad, sin discriminación, entonces tenemos que ser un factor de incidencia en la sociedad”.
