El sistema SCADA debería servirle a PEMEX para vigilar los ductos que transportan hidrocarburos y evitar el robo de combustible… debería.
De acuerdo con la Auditoría de Desempeño 497-DE a la cuenta pública del año 2017, la falta “de mantenimiento, reparación, controles, regulaciones, seguridad física y monitoreo del sistema SCADA, así como la falta de conclusión de la instalación de todos los sitios programados, propició el incremento del número de tomas clandestinas”.
El dictamen de la Auditoría Superior de la Federación, firmado el 28 de enero de 2019, señaló diversas deficiencias en la implementación del sistema SCADA, que derivaron en gastos extraordinarios.
Por ejemplo, en el “proceso para seleccionar los sitios a implementar en el sistema SCADA tuvo deficiencias dado que no se consideraron sitios prioritarios o estratégicos de forma inicial”.
Este error de selección significó un gasto adicional por 79.6 millones de dólares, “que equivale a un 102.9% más respecto al monto original; asimismo, se pagaron dos anticipos para la implementación de todos los sitios, de los cuales se detectó que en 98 casos no fueron instalados”.
Durante los recorridos realizados por los auditores en seis sitios de instalación del sistema SCADA, “se comprobó que las instalaciones de la infraestructura SCADA no cuentan con las medidas de seguridad mínimas para su resguardo y operación, tampoco se contemplaron riesgos importantes inherentes a la naturaleza del proyecto como robo, vandalismo, desastres naturales y casos fortuitos, ni se aseguró que dentro del contrato se establecieran pólizas de seguros para dichos casos”.
El sistema SCADA buscaba ser los ojos de PEMEX en los ductos para identificar pérdidas de presión y tomas clandestinas.
Sin embargo, de acuerdo con el dictamen de la ASF el centro de monitoreo de la red de ductos no contaba “con un protocolo formalizado para reportar los eventos de baja de presión en el transporte del combustible”.
Además, la ASF señala que no existía “un proceso formalizado en el que se detallen las actividades, los responsables, tiempos de atención de los incidentes, tampoco se presentó evidencia de las bitácoras donde se quedó plasmado el seguimiento cotidiano del monitoreo de los ductos”.
La falta de condiciones de seguridad para los equipos del SCADA derivó en “40 sitios con reportes de vandalismo con pagos por 18,156.3 miles de dólares americanos que no han sido rehabilitados”.
La ASF también observó que PEMEX logística carecía “de una estrategia” para ponerlos nuevamente en operación”.
Por lo anterior, PEMEX no tenía un monitoreo eficaz de la red de transporte de hidrocarburos, “lo cual no favorece la toma de decisiones y acciones inmediatas ante situaciones como alteraciones en la operación cotidiana de los ductos”.