A lo largo de 26 años la deuda pública del estado de Querétaro ha tenido subidas y bajadas hasta quedar totalmente saldada al día de hoy.
Antes de 1994 el endeudamiento de la entidad se ubicaba en 343 millones de pesos. Con la crisis económica, el gobierno de Enrique Burgos García contrató deuda por mil 280 millones de pesos en Unidades de Inversión.
En los siguientes 15 años, la deuda de la entidad mantuvo una tendencia moderada a la alza.
Para 2009, con renegociaciones como la realizada por Ignacio Loyola entre 1997 y 2003, se ubicó en los 2 mil 350 millones de pesos.
Con el gobernador Francisco Garrido su monto se mantuvo estable y alejado de la tendencia de otros estados de la República que comenzaron una espiral de contratación de empréstitos.
En el sexenio de José Calzada Rovirosa, entre 2009 y 2015, se redujo la deuda pública en 724 millones de pesos. Así pasó de 2 mil 350 a 1 mil 626 millones de pesos al término de su mandato.
En el mandato de Francisco Domínguez, de 2015 hasta la fecha, se han hecho aportaciones para que a la fecha Querétaro sea la segunda entidad federativa sin deuda pública, a la par de Tlaxcala.
El comportamiento de Querétaro y Tlaxcala ha ido a contracorriente de la tendencia del resto de las entidades federativas que en los últimos 20 años han visto cómo se incrementa el saldo de sus pasivos.
Durante el 2020, varios estados de la República, como Jalisco, incrementaron sus niveles de deuda para hacer frente a la pandemia. Querétaro continuó con la trayectoria de reducir el endeudamiento.
En conjunto, la deuda subnacional, es decir la de las entidades federativas y municipios, pasó de representar el 1.5% del Producto Interno Bruto en 2007 al 3.3% en 2016.
