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Esta es la historia de Beverly Vega, una joven originaria de Tierra Blanca, Veracruz, que en cuestión de minutos pasó de víctima a convertirse en una presunta agresora, en un proceso en el que las autoridades no le creyeron.
El 21 de enero resultó un día trágico para ella y para miles de mujeres porque las instancias de procuración de justicia la ignoraron.
De acuerdo con la organización feminista REDefine Puebla, Beverly acudió a Puebla para cumplir con una residencia profesional a una empresa denominada Ideamotion.
El pasado viernes 21 salió de su casa para encontrarse con su asesor de residencia a fin de que le firmara su reporte, por lo que pidió un Uber. El traslado se realizó, pero todo cambió al llegar a su destino.
En el punto final del recorrido ella pidió al conductor que le permitiera bajar, sin embargo, en respuesta obtuvo una negativa. El operador colocó los seguros de las puertas de la unidad y subió los cristales.
Según el relato de REDefine Puebla, Beverly sintió desesperación y miedo.
En tres ocasiones pidió al conductor que le permitiera descender del auto, pero en respuesta el chofer la agredió.
La chica tuvo que defenderse. Le soltó un manotazo, otros golpes y logró salir del vehículo como pudo.
Sin embargo, no logró ponerse a salvo y el hombre la mantuvo sometida incluso a la llegada de los elementos policíacos que finalmente la trasladaron a las instalaciones del C5 en el municipio de Cuautlancingo.
El domingo quedó todo el día en las instalaciones del Complejo de Seguridad y al día siguiente la enviaron a la Casa de Justicia de San Andrés Cholula para que, finalmente, la trasladaran al penal de Cholula, en San Pedro.
“Pasó de ser víctima a agresora”, así lo define la organización que ahora pide justicia para Beverly.
“Este mensaje nos mandan ante nuestra legítima defensa contra las agresiones y violencias que nos atraviesan. Exigimos una investigación con perspectiva de género y que Beverly sea libre”, se pronunció REDefine Puebla.