Chicago, IL.- Regresé de Querétaro el pasado martes 17 de marzo y, desde entonces, estoy trabajando desde casa, en aislamiento junto a mi familia, cumpliendo la orden de permanecer en los hogares para contener la pandemia del coronavirus.
Hasta este martes 7 de abril han sido 21 días difíciles, sobre todo por el incesante aumento de más casos del Covid-19 y la alarmante tasa de mortalidad que está dejando esta infección respiratoria en los Estados Unidos y el mundo.
La enorme magnitud de la presente crisis de salud pública se sabía desde enero, cuando las agencias de inteligencia advirtieron al Presidente Donald Trump el peligro que el coronavirus significaba para la nación y el mundo entero.
Trump decidió que el Covid-19 era una farsa más promovida por los demócratas para descarrillar sus aspiraciones de reelección. Y así, por semanas, manejó la inminente pandemia hasta que la realidad lo aplastó.
La propagación de la infección tiene a los Estados Unidos en el primer lugar mundial de casos de coronavirus, con 366 mil 238 infecciones, incluidos 10 mil 959 decesos, según confirmó hoy la Universidad Johns Hopkins.
La proliferación de la pandemia pudo haberse contenido a tiempo si Trump hubiera reaccionado tan pronto como se lo advirtieron los reportes de inteligencia en enero. Pero el hubiera no existe y ahora los Estados Unidos está en graves problemas, con una crisis de salud pública jamás vista en los tiempos modernos.
La pandemia sorprendió a la Casa Blanca totalmente desprevenida, sin las pruebas clínicas necesarias para identificar a personas contagiadas que significan un riesgo de contagio para todos en su entorno. Además, hay escasez de Equipo de Protección Personal para los trabajadores de la salud, algo totalmente esencial. Y no se diga de la falta de respiradores, imprescindibles para los enfermos de coronavirus en condición crítica.
Las fallas de la Administración Trump para enfrentar la pandemia del coronavirus han sido garrafales y literalmente están costando miles de vidas a través de todo el país.
La curva de contagios del Covid-19 apenas parece haber alcanzado su pico máximo en Nueva York, mientras que en Illinois y otros estados apenas está subiendo. Un nuevo análisis apenas divulgado hoy, anticipa que unas 90 mil personas podrían morir en los Estados Unidos por el coronavirus si la crisis continúa hasta agosto.
Sí, leyó bien, “hasta agosto”. El distanciamiento social para contener la pandemia podría extenderse hasta entonces. A estas alturas solamente queda respirar profundo y seguir aislados en casa como única estrategia segura para salvar la vida, de uno mismo y los demás.
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