Hoy el presidente mostró, sin tapujos y sin maquillaje, su verdadero rostro, su talante autoritario y fue demasiado, demasiado lejos, exponiendo y amenazando a contribuyentes, como usted o como yo.
Apenas hablamos ayer de la realidad a la que nos quiere arrastrar López, a su cuento de hadas, sus pleitos con “adversarios” que sólo existen en su imaginación, para saciar el hambre propia y de su marabunta de seguidores que repiten todo lo que él dice.
El derecho a la información, el derecho a estar informado, a opinar, a disentir, la diversidad es lo que le da sentido a los sistemas democráticos, en una democracia nadie sobra, cabemos todos.
López todos los días atenta contra la democracia, vestido con la piel de oveja de sus seguidores, nos quiere llevar al cadalso del autoritarismo con el perfil y las características que muestra todos los días.
Te podrá o no gustar el trabajo de Carlos Loret, te caerá bien o mal, pero lo que hizo el presidente, como lo dije anteriormente, rebasó todos los límites conocidos.
El equipo de Latinus ha desenmascarado a este régimen como muy pocos se atreven a hacerlo, ha exhibido la demagogia, la corrupción y la ineptitud del presidente y sus secuaces.
Y es que aquí el asunto no es propiamente Carlos Loret, lo que se hizo en la mañanera de hoy es un agravio a toda la sociedad mexicana, incluidos sus propios seguidores.
El manifestar puntos de vista distintos es sano en todas la sociedades, pues es la base de la civilidad, la tarea de los informadores, los periodistas y comunicadores es contrastar los datos oficiales con cifras reales, que contrastan con los otros datos que siempre tiene López, esa es la quintaesencia del periodismo.
Lo hemos dicho aquí en este espacio hasta el cansancio, López es un presidente demagogo, cínico, autoritario y más corrupto que todos los anteriores, con quienes todos los días se quiere curar en salud.
Hoy la democracia está siendo despedazada por un individuo monárquico y conservador que supone que los cambios se harán porque él dice y como él dice y punto.
Queda claro hoy que a los críticos del gobierno va todo el peso del autoritarismo por encima de la ley.
A los mexicanos no nos interesa cuánto gana Loret, nos interesa saber la red de empresas licitantes de Bartlett Jr., los cobros del 10 por ciento a los empleados de la ahora secretaria Delfina Gómez. ¿Dónde están los miles de millones de pesos que pagaron en cheque al INSABI? La rifa del avión donde no hubo avión ni rifa, aún con algunas escuelas que ganaron sin cobrar el premio y un largo etcétera.
Y si de delitos hablamos López ya admitió que liberó a un narcotraficante (asociación delictuosa), ya admitió que intervino en las elecciones, ya quebrantó la ley de protección de datos personales, usaron de conejillos de indias a miles de ciudadanos en la CDMX, se robaron el fideicomiso de los damnificados del temblor.
López como servidor público, tiene la obligación por la Ley General de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos de guardar la secrecia de la información a la que tenga acceso en razón de su cargo, y de igual manera la Ley General de Protección de Datos Personales en Sujetos Obligados, en su artículo 6 establece la obligación del Estado de garantizar la privacidad de los individuos, y este derecho solo se limita por razones de seguridad nacional, orden público, seguridad y salud públicas o para proteger los derechos de terceros. El Código Fiscal de la Federación, en su artículo 32 BB, establece la obligación de las autoridades fiscales de garantizar la confidencialidad de la información fiscal que tengan.
El presidente, con su declaración de hoy, dando a conocer datos personales que tuvo acceso derivado del cargo que ostenta, ABUSÓ de este y se convirtió en un delincuente, así como en un «sicario» de la libertad de expresión. Punto.
Esto ya sobrepasó los límites, aquí no importa si coincidimos o no con tal o cual punto de vista, lo que importa es que no perdamos la pluralidad, la diversidad,
Hoy, como muchas otras veces más, López escupió la Ley abiertamente ante las cámaras y micrófonos con el propósito de intimidar a un periodista y a toda la comunidad periodística de México.
Violó la secrecía de una persona al revelar datos personales y todo porque está enojado, busca golpear (como lo ha hecho con muchos otros periodistas).
Los periodistas somos mensajeros en una definición muy básica del oficio, llevamos información a la sociedad, sin intervenir en el proceso. López ataca a los mensajeros, pues no se puede atacar él mismo.
El presidente viene bajando en la curva, en el mar de su verborrea e ineficacia, cada vez está siendo exhibido y eso lo tiene descompuesto y por otra parte está acumulando más poder, una gran paradoja que, históricamente, sabemos cómo termina.
Así es, mientras más personas se convencen que es un farsante, más poder está acumulando y de aquí para adelante vamos a ser testigos de ello, vamos a ver al tirano asestando golpes a distintos actores y organizaciones políticas no afines a él.
Por ello necesitamos tener una sociedad informada, activa que defienda una de las libertades más sagradas de los seres humanos que es la libertad de expresión.
México está gobernado hoy por un déspota y a ese esquema nos quiere arrastrar, a un modelo que ya creíamos muerto y que hoy resurge a través de López.
Y para rematar, esta ofensiva se da en un contexto de 55 periodistas asesinados durante su sexenio, es como solapar violadores y hacerlos gobernadores o embajadores…
Es obligación del estado generar las condiciones mínimas e indispensables para ejercer el periodismo, así como el respeto al libre albedrío, la libre expresión, a estar informados, a desarrollar nuestra profesión sin temor a ser reprendidos por el estado.
Lo que le están haciendo a Loret, lo pueden hacer a cada uno de nosotros y,lo peor, con recursos del erario, con nuestro dinero, la amenaza y los ataques al periodista pueden ser para todos y cada uno de nosotros.
Todos los periodistas debemos estar conscientes del riesgo que tenemos en este momento.
A López, como a Echeverría, le deseo que viva, que viva mucho más de 100 años, porque ni yéndose a su rancho, se va a salvar del juicio de la historia, que como dice Loret, lo espera, paciente… frotándose las manos.
Tiempo al tiempo.