Eso fue lo que me dijo un priista de viejo cuño apenas pasada la jornada electoral del 2018 y luego de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) sufriera en el estado una de sus peores derrotas.
La afirmación venía a cuenta pues un servidor le había preguntado a ese viejo priista, con una gran carrera al interior de su partido y con la experiencia de haber participado en prácticamente todos los cargos de elección popular a los que un político puede aspirar.
¿Qué le pasó al PRI que lo hicieron pedazos? Fue la pregunta que le hice a mi amigo tricolor -sí, tengo amigos priistas, panistas, perredistas y hasta morenistas-; él me miró, reflexionó un poco su respuesta, se le veía en los ojos un dejo de rabia y frustración; le había dolido la derrota.
“Pepe tiene la culpa. Él impulsó a Juan José Ruiz; lo apoyó y respaldó para llegar a la dirigencia estatal del partido creyendo que por esa vía podría mantener el control del partido, pero se equivocó y Juan José está destruyendo al partido”, fue la lacónica respuesta de mi interlocutor.
En ese momento me parecía extraña la respuesta de este priista de viejo cuño pues, no analizaba, desde mi punto de vista, el crecimiento de la figura del hoy presidente, Andrés Manuel López Obrador y que ese había sido el factor primordial, según yo.
Sin embargo, al paso de los meses; visto lo que le ha sucedido al otrora partidazo en Querétaro; la división que hay en sus filas; los enconos y hasta odios que perciben entre correligionarios y que una inmensa mayoría de priistas ven con malos ojos la presencia de Juan José Ruiz en la dirigencia tricolor, pienso que quizás, aquel amigo priista tenía razón.
Se equivocó Pepe Calzada al elegir a Ruiz Rodríguez como su alfil para mantener el control tricolor en Querétaro; jamás pensó que aquel brillante joven que le era incondicional cuando era senador y que pintaba para mucho, pudiera perder el piso como lo ha perdido el hoy regidor en el municipio de Querétaro.
Sí, Pepe se equivocó, pero él no es el responsable de la situación que hoy vive su partido; el responsable es Juan José Ruiz. Nadie más.
Hoy, Ruiz Rodríguez enfrenta un proceso de destitución que ya dijo impugnará y, seguramente, perderá.
Juan José Ruiz inevitablemente dejará de ser dirigente del PRI pues su dirigente nacional no lo quiere ahí. La ex alcaldesa de Pedro Escobedo, Graciela Juárez ocupará su lugar por prelación y deberá convocar a elecciones para la dirigencia estatal priista en un plazo máximo de 6 meses.
Quien resulte electo deberá terminar el periodo para el que Juan José Ruiz fue electo y, seguramente, un poco más, pues deberá encargarse del proceso electoral del 2021.
Por lo pronto, hay cuadros tricolores que suenan para contender por el cargo que ocupa todavía Juan José Ruiz. En las filas priistas se señala que entre quienes tienen simpatía y respaldo entre la militancia, se encuentra el dirigente municipal tricolor, Francisco Pérez Rojas, quien a sus cercanos les ha confesado que la cartera le interesa.
Otro nombre que también se menciona es el de Paul Ospital, quien actualmente preside el Instituto Reyes Heroles del CEN tricolor; ahí algunos nombres. Por lo pronto, el que se va es Juan José. Les digo.
El último párrafo. Mientras unos van en picada, otros suben la cuesta. Ayer 15 de noviembre asumió el cargo de Magistrado Numerario del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) el abogado Braulio Guerra Urbiola a quien en el PRI le hicieron el feo en más de una ocasión. Conozco a Braulio Guerra desde hace muchos años y su calidad como abogado y, por el bien del Poder Judicial del Estado, espero que le vaya muy bien. Braulio es un ironman al que le gustan los retos extenuantes y esta encomienda que inició es eso. Éxito. Digo.
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