El tema del huachicoleo no es nuevo, solo está en boga por ver en las noticias de las 10, lo que ya sabíamos quienes transitábamos por las carreteras del norte o del bajío, San Luis Potosí, Matehuala, Monterrey, Saltillo, Reynosa.
Incluso, hace algo más de una década, estando en San Luis Potosí, un reconocido empresario gasolinero, de los primeros que me consta, alzó la voz contra este delito, su voz fue apagada, primero con dos maleantes sentados a su mesa, sugiriendo que se callara y, después, con una lengua de res clavada afuera de su casa, con un letrero diciendo que la próxima, sería la de él.
Ahí se acabó su participación pública sobre el tema.
Hoy las imágenes y la alarma del desabasto alimentan los noticieros con imágenes casi apocalípticas de cientos de personas formadas para cargar gasolina ante un desabasto provocado por la estrategia del gobierno para acabar con el huachicoleo.
Sabemos que los huachicoleros no eran una banda de forajidos con tambos y pistolas de taladro haciendo hoyitos para llenar a chisguetes los tambos.
Lo sabíamos, quienes conocemos algo de la distribución de combustibles, y por el compañero gasolinero en cuestión, que en Pemex operaba el Pemex clandestino, una empresa que funcionaba como una comunidad delictiva en la que participaban decenas de empleados, por acción, obstrucción, omisión o simple distracción.
Pero como sabemos también opera ese México que alimenta sus propios mercados negros, que permitían que este energético acabara haciendo combustión en los caminos de México.
Y así la red de forajidos con tambo, ya no solo pasó por “Sub-Pemex”, sino que Empresarios Gasolineros, Gobernadores, directores, todos ellos, los tamberos, convertidos en Huachicol & Co., la empresa más rentable de México en la última década. Digna del Lobo de Wall Street.
Esto, dejó de ser el elefante en la sala, para convertirse en Elefantes con sala, de ese tamaño, así de absurdo.
El gobierno implementó la estrategia de combate para lanzar una campaña igual de mediática diciendo lo que todos ya sabíamos y la cereza del pastel, el ducto particular que sale de las entrañas de la refinería de salamanca para surtir pipas. Si así está lo que vemos en la superficie ¿Cómo estará por dentro, tanto en las zonas de las tuberías, como en las entrañas de la empresa?
Pero como todos jalan agua para el molino, había que jalar la atención para otro lado que entre la cancelación de Texcoco y las servilletas de Meade, le robaron la atención a la cuarta Transformación. A AMLO no le gusta esto.
Los operativos para terminar con el huachicol, cerrar los ductos y provocar caos en el país con decisiones como esas, muestra inexperiencia, y dirán lo que quieran, pero cerrar los ductos para detener el robo, es como cortarse la mano para no cortarse las uñas, sin ser ingeniero o experto en el tema, se pudo evitar llegar a estos extremos, de infundir a la gente miedo, ahora sabe que es capaz, pero bueno, pensemos que esa no fue la intención ni tampoco beneficiar a ciertos colaboradores señalados en el negocio de pipas de autotransporte de Pemex, ni para borrar de la memoria colectiva el aeropuerto y las servilletas de Meade.
El tema también, claro da para contraatacar a sus adversarios, pues seguimos teniendo a un presidente en campaña.
Este gobierno a sus 40 días va a medio gas, la promesa del restablecimiento del suministro de gasolina, diluye también el dicho del presidente de borrón y cuenta nueva, parece que nadie de la compañía ficticia Huachicol & Co. será llamado a cuentas por tan gran operativo mediático que al día de hoy no hay un solo detenido.
La única vez que tuve razón, fue la vez que pensé que me había equivocado. No sé qué esperar, si equivocarme o tenerla.
Tiempo al tiempo.