Los documentos hechos públicos por @Guacamayahackers muestran que no solamente López Obrador carece de buena salud sino que su gobierno está enfermo y ávido de poder.
Al intento por militarizar y centralizar la seguridad pública, ahora se suma el espionaje a periodistas y opositores y un intento de prácticas monopólicas por parte del Ejército.
Luego del jaqueo a la Sedena el presidente enseña que fuera de su táctica de gritar “¡al ladrón”, insultar y repartir la culpa, carece de otros recursos políticos.
Ya no puede ocultar que está buscando todas las vías para militarizar al país, quebrar la República y construir un fascismo con el nacionalismo como letanía.
Si su estado de salud es preocupante, la salud moral y legal de su gobierno lo es mucho más, y su lema de “no somos iguales” resulta real, pero no por buenos sino por pésimos.
Ciertamente entre las verdades reveladas lo menos importante ha sido haya ocultado su deplorable salud, casi a grado incapacitante, pues obviamente no está “al cien” como ha repetido.
Es espeluznante que su frase de que él no tiene doble moral, como se muestra en los hechos, los ya conocidos y los ahora expuestos, es que su moral es un árbol que da moras.
Hechos propios de un fascismo como el espionaje a periodistas, activistas y opositores, o clasificar a feministas a nivel terrorista, son sólo una parte.
También intenta militarizar el proceso económico, y ha hecho a las fuerzas armadas constructores, administradores, banqueros y ahora empresarios de turismo.
Ha sido revelada su intención de un monopolio turístico y de transporte operado por la Sedena, con aeropuertos, hoteles, agencias de viajes, trenes y transporte terrestre.
La ley prohíbe que una empresa que opere un aeropuerto sea igualmente operador de línea áreas, pero a “Viajes Sedena” no le vayan a salir con que la ley es la ley.
“Una línea aérea que maneje la misma empresa que va a tener a su cargo el Tren Maya y los aeropuertos, el Felipe Ángeles, el aeropuerto (…) de Tulum”, confirmó el martes López Obrador.
“Ya también esta empresa, que se llama empresa Olmeca-Maya-Mexica, va a operar el aeropuerto de Chetumal, el aeropuerto de Palenque, posiblemente uno o dos más”, agregó.
Luego del hackeo y a punto de salir un libro escrito por una periodista que fue “de casa” por 18 años y que lo mostraría como muy corrupto, López intenta lucir despreocupado.
“Pueden sacar lo que quieran. El cash, cualquier cosa (,,,) tengo un escudo protector que es mi ángel de la guarda que es el pueblo y mi autoridad moral”, dijo en su homilía del 3 de octubre.
Su táctica de reconocer una parte y luego tratar de restarle importancia, o gritar al ladrón, o culpar a otros y decirse santo, ya no parece funcionarle.
“Estoy seguro que todo eso que hackearon ya se ha dicho, hasta lo de mi enfermedad ya se había dicho, y hasta faltó, he dicho más cosas”, dijo el lunes en su matiné.
Este martes pareció quebrarse cuando una reportera de Animal Político lo acusó directamente de tener un software policiaco que sólo se vende a gobiernos, y Sedena lo usa para espiar a reporteros y activistas.
— Entonces, si le estoy diciendo de que nosotros no espiamos a nadie, estoy hablando con la verdad. —Casi gritó López Obrador.
Pero la reportera acorraló al presidente, le atajó todas las salidas y cuando López dijo su típico: “presente las pruebas para que me desmientan”, la periodista le informó que ya estaban presentadas.
López no tuvo más que aventar la bolita, como acostumbra: “Es que espían de afuera del país, espían adentro. Bueno hackearon los archivos de la Secretaría de la Defensa y ni modo que la propia Secretaría de la Defensa se hackeó o que hubo un autohackeo.
Y luego siguió con su doctrina: “Son intereses opuestos a nosotros que quisieran tener pruebas para afectarnos, pero no van a lograr su propósito”, rezó.
Sin duda preocupado porque se revelen hechos de corrupción que le peguen directo a la línea de flotación, da la sensación de que arreciará los golpes a la prensa.
“Lo que no aceptamos es la práctica del hampa del periodismo, de la calumnia y la máxima de que la calumnia cuando no mancha tizna… Na’más que hemos cruzado el pantano y hemos salido”, dijo el martes.
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