Chicago.- Una prensa libre es la base de una verdadera democracia. Por ello hay gran preocupación en los Estados Unidos por la creciente agresividad de Donald Trump hacia los medios de comunicación que cuestionan sus políticas y declaraciones incendiarias.
Hacer preguntas, muchas veces incómodas, es el trabajo de los periodistas y dar respuestas corresponde a los funcionarios. Así de simple. El llamado Cuarto Poder informa a los gobernados sobre las acciones de los gobernantes.
En el caso de Trump el choque con la prensa libre comenzó cuando los reporteros confrontaron las mentiras sobre la inauguración del magnate, quien aseguraba que su toma de poder había sido la más concurrida en la historia del país.
Las fotos del evento frente al Capitolio en Washington, D.C. son contundentes, pero la realidad alternativa creada y promovida por la Casa Blanca corresponde a una estrategia de desinformación, de repetir mentiras hasta que se convierten en verdad, al menos entre los seguidores de Trump.
En EEUU acabamos de tener las elecciones intermedias con mayor participación en mucho tiempo. Los numerosos triunfos de los demócratas son evidencia del descontento que hay entre gran parte de los estadounidenses por la retórica divisionista de Donald Trump.
Sin embargo, los comicios del 6 de noviembre también demostraron que existe una gran división entre la América rural y las zonas urbanas; es decir, entre los blancos y aquellas regiones con una población étnica más diversa.
Para Trump los periodistas independientes son “los enemigos del pueblo”, los promotores del divisionismo que él mismo genera con sus continuos ataques contra las minorías y los inmigrantes.
Pero la prensa libre no se deja amedrentar por un presidente con ínfulas de rey, de dictador con ganas de ejercer un control absoluto sobre lo que los medios divulgan. Aprovecho este espacio para hacer un serio reclamo al presidente electo Andrés Manuel López Obrador por sus críticas a los medios que lo cuestionan, como la revista Proceso. Sin una prensa libre no hay democracia.