Columna InvitadaMirador

El terrorismo fiscal del gobierno humanista

* López Obrador ya no oculta sus planes para sentar un gobierno autoritario, y el terrorismo fiscal es una nueva entrega de su filme de terror.

ACCIONES Y RAZONES/Efraín Klériga

No mentía López, cuando como candidato derrotado en 2006 grito: “Al diablo con sus instituciones”, y ahora va por ellas y de paso por la sociedad civil.

López quiere acabar con el financiamiento para los organismos no gubernamentales, especialmente los de Claudio X González y los que protegen periodistas.

Nada le disgusta más a López que exhiban sus fallas, sus abusos, sus ilegalidades, y que no tenga al momento forma de mandar clausurar a las ONG.

Pero también va en busca de exprimir a todo el que pueda ser, parecer, simular ser causante y tener identificados a todos, como en las peores dictaduras.

La Cuarta Transformación se ha especializado en pasarse la ley y los derechos de los gobernados por el llamado “arco del triunfo”, y piensa seguirlo haciendo.

En un país donde en términos reales ya no existe ombudsperson, López también quiere que ya no exista ninguna institución de control o de defensa para los ciudadanos.

Obligar a los mayores de 18 años se inscriban al Registro Federal de Causantes es ilegal, porque no se trata de un registro de ciudadanos sino de “causantes”.

La inscripción se realizará bajo el rubro de personas física sin actividad económica, un contrasentido porque el registro es de pagadores de impuestos.

Las leyes fiscales en México definen a “causante”, como “un individuo que realiza cualquier actividad económica por el cual tiene derechos y obligaciones”.

Un estudiante no realiza ningún actividad económica, tampoco amas de casa, o personas que por su situación de edad o salud no generen actividad económica.

Pero el “gobierno humanista” pretende tener localizables a todos mayores, pues estarán obligados a inscribirse en el Registro Federal de Contribuyentes.

Para ello deberán dejar las huellas dactilares, sus caracteres biométricos, especialmente del iris, además de dar un correo electrónico y un número telefónico.

Para una dictadura, es una joya poder obligar a todos los ciudadanos a que estén obligados a informar cuál es su domicilio, y cuándo lo cambien.

Así, el Sistema de Administración Tributaria, que depende del inquilino de Palacio Nacional, sabrá en todo momento el domicilio de cada uno de los gobernados.

Igualmente tendrá información de todas las cuentas bancarias que maneja una persona, cuánto deposita, en qué gasta y dónde lo gasta.

Aunque no esté previsto que declaren, el SAT tiene justificado anexar cuentas bancarias de todos los “causantes”, tarjetas de débito o crédito.

El terrorismo fiscal es tal, que muchos contadores deben estar gestionando su Green Card, porque ahora estarán obligados a ser delatores de sus clientes o irán a prisión.

Las reformas fiscales que no son nuevos impuestos, pero sí son nuevos pagando impuestos, pues obliga a declarar a la señora de las quesadillas y al que vende tacos en la esquina.

Aunque el supuesto es terminar con la economía informal, lo que parece positivo, la realidad es que quieren aumentar la recaudación de IVA.

Es el costo de andar prometiendo no subir la gasolina, mientras se dispara en el mercado internacional, resulta que el IEPS a gasolinas ha caído 18 por ciento contra 2020.*

El gobierno de la “austeridad” trae un agujero de 286 mil millones de pesos en el balance presupuestario hasta agosto, y ya no hay fidecomisos o fondos para asaltar.

La idea es que todos los mexicanos paguen las promesas del presidente López y que además tenga para seguir construyendo sus elefantes blancos.

También que el que se oponga pueda ser procesado como Al Capone, por delitos fiscales, y no haya organismos no gubernamentales que denuncien.

El terrorismo alcanza a productores agropecuarios, porque ahora deberán declarar cuando tengan ingresos superiores a 300 mil pesos y no superiores a dos millones 140 mil.

Es decir, los productores del campo deben declarar cuando tengan ingresos por seis salarios mínimo, aunque esos ingresos sean para pagar semilla, barbecho, tractoreada…

En pocas palabras propicia los pagos en efectivo, especie y la creatividad de los contadores para que sus clientes puedan deducir y pagar menos impuestos.

En San Lázaro callados como momias sus diputados levantaron el dedo, y sus focas en el Senado seguramente aplaudirán y todo a hacer meeee, meee, onomatopeya que a López le sale muy bien.

User007@mxpress.mx

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