Desde la otra frontera

¿Todo por un triste comercial?

En un hecho histórico, el único equipo de béisbol canadiense de grandes ligas, los Blue Jays, pasó a la llamada “Serie Mundial” (que curiosamente suele tener solo equipos gringos). Los peloteros canadienses ya derrotaron a los Yanquis de Nueva York, los Mariners de Seattle y ahora están en lucha contra los Dodgers de Los Angeles.

Todo Canada se ha volcado a las calles para seguir al equipo. Pero al señor de la Casa Blanca algo le molestó… durante el evento deportivo se estuvo proyectando en la televisión gringa un anuncio pagado por el gobierno de Ontario, con un testimonio del expresidente Ronald Reagan diciendo que los aranceles son muy malos, dañan la economía americana,a sus trabajadores y a sus consumidores. En directa contradicción con la narrativa de Trump.

La respuesta fue inmediata, dando al traste con meses de negociación por parte del primer ministro Mark Carney, quien había anunciado avances en las pláticas con USA y a punto de revertir las tarifas existentes. Pues al ver el anuncio, Trump hizo que los americanos abandonaran las negociaciones y amenazó con agregar otro 10% adicional en aranceles a los productos canadienses. ¡Todo por un fregado comercial!

En este punto, los aranceles previamente impuestos ya están dañando la economía canadiense. Han empezado despidos en la industria automotriz; dos grandes armadoras han cerrado plantas para reabrirlas en los Estados Unidos. Las empresas de acero y aluminio han empezado también con despidos y están buscando nuevos mercados domésticos y en otros países.

El plan anunciado por Carney para abrir nuevos mercados sigue en marcha, ahora se encuentra en Asia, en negociaciones con varias naciones, pero el camino a la realización de esos proyectos tomará años y mucho trabajo de convencimiento a nivel interno. La premier de Alberta insiste en construir oleoductos hacia el Pacifico, para exportar crudo a otras latitudes. Pero el proyecto cruza por territorio de Colombia Británica y su premier se niega a que se construyan esas líneas.

Otro desacuerdo interno es justo entre Carney y el premier de Ontario, la provincia más influyente y corazón industrial de Canadá. Sí, el mismo bruto que al principio de la guerra arancelaria quiso quedar bien con Trump sugiriendo que dejaran fuera a México del tratado de libre comercio, Doug Ford se fue por la libre y mandó difundir el famoso comercial con video y audio de Reagan, en contra de la política comercial del gobierno federal, que ha venido evitando pellizcar al tigre, justamente para no hacerlo enojar.

Como diría Maquiavelo, divide y vencerás… ¡nomás que aquí los canadienses se dividieron solitos!

Estos escenarios no parecen ocurrir en México, pues lo que la Presidenta decide y ordena, se cumple; no hay gobiernos estatales ni otros poderes que cuestionen sus decisiones. Y dentro de todo, pareciera que está funcionando, pues la mandataria tiene contento al tigre, al menos por ahora.

Lo cierto es que los golpes arancelarios a acero, aluminio y a la industria automotriz tienen un efecto en cadena, pues son el corazón del T-Mec. De hecho, para terminar un vehículo, sus partes cruzan varias veces la frontera y algunas provienen de otras naciones, la idea es que cada producto contenga alrededor de un 75% de contenido hecho en Norteamérica. De no cumplirlo, son sujetos a los nuevos aranceles. Y esto tiene un efecto dominó.

En Canadá ya esta pasando que algunas armadoras, como Stellantis, están cerrando plantas para llevarlas a territorio gringo. Este reacomodo en los procesos productivos tarde que temprano le va a pegar a México, incluso a Querétaro, que ha sido por décadas un gran productor de autopartes. Y sobre todo la incertidumbre, con decisiones tan veleidosas los inversionistas y fabricantes no pueden planear y dudan.

Desde el inicio de esta guerra comercial, Trump ha citado como 2 las razones de sus aranceles: el flujo de fentanilo y la migración. Podría ser casualidad, pero recientemente se dio a conocer que Canadá es el principal proveedor de fentanilo para Nueva Zelanda, y que hay presencia local de los principales carteles mexicanos. Como igual lo hay en Estados Unidos, seguro.

La extraña visita del Secretario Marco Rubio a México, podría haber dejado instrucciones para que el país no se alíe con nuevos socios comerciales (como Canadá, Rusia o China) y de asegurarse que pare el flujo migratorio y haga algo para combatir al narco.

En Estados Unidos, donde las cosas están muy agitadas, se ha hablado de exigir a Hacienda (IRS) que entregue su lista de contribuyentes a ICE, donde se incluye datos de migrantes indocumentados. Este obsesivo control de la población, de sus datos, parece estar “contagiando” a México con esto del nuevo CURP con datos biométricos. En lo personal yo defiendo que deje de ser el INE -ahora también controlado por Morena- quien emita la única identificación oficial. La idea de un CURP como reemplazo a la credencial de elector es buena, lo malo es esa parte adicional de los datos biométricos.

Peor en un mundo tan digitalizado donde todo esta en la nube; concentración de datos en pocas manos que los hace presas fáciles de hackeos; datos tan sensibles pueden parar en manos criminales; alimentando casos de robo de identidad, secuestros, etc.

¿Será otro capricho del tigre del norte?

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