*En México muere un mexicano cada 10 segundos por COVID-19
El pasado 19 de noviembre México llegó a la tristísima cifra de 100 mil muertes reconocidas oficialmente por las autoridades por COVID-19; cien mil familias que han tenido que vivir el desgarrador dolor que representa la pérdida de uno de sus integrantes; cien mil historias personales que se cortaron por un virus que llegó de sorpresa y para el que ni la sociedad, ni las autoridades estábamos preparados.
El mismo día que se alcanzó la terrible cifra, el ‘encargado’ de la ‘estrategia’ gubernamental para combatir la pandemia del virus SARS-CoV-2, Hugo López Gattel, nuevamente salió a curarse en salud.
En su característica soberbia y deshumanizado sentido de la ética, el epidemiólogo que negó por meses que el uso de cubrebocas fuese de ayuda para combatir la enfermedad, trasladó a los medios de comunicación parte de la responsabilidad que él no quiere cargar y evade, a modo de emulo de sus superiores.
“Publiquen lo que gusten. Opinen lo que gusten. ¡Qué bueno, qué bueno que haya diversidad de opiniones! Pero sí notamos que hay algunos medios; sobre todo de la prensa escrita, radio y televisión, que persistentemente, desde que inició la epidemia están enfocados en la perspectiva alarmista, de alarmar, comunicar algo terrible. La epidemia es terrible en sí misma y no hay que agregarle dramatismo”, dijo como si los medios debieran no evidenciar lo inocultable.
Si fallecen, 50 mil, 60 mil (catastrófico) o cien mil personas por una epidemia; es noticia y hay que darla a conocer. Lo contrario es querer ocultar la realidad.
El Subsecretario de Promoción de la Salud dijo el pasado jueves que poner en primeras planas las estadísticas de la pandemia no ayuda demasiado.
“¡Qué bueno que lo pongan! Libertad de prensa, pero ojalá su propósito fuera ayudar a la población, no convertir la noticia en un tema ya sea de ventas, posiblemente el titular alarmista hace que se venda más el periódico; o bien, un mecanismo de confrontación política, no sólo con el gobierno, me parece que se confrontan con la sociedad en su conjunto al tener estas expresiones marginales aún cuando sean ampliamente divulgadas.
“La cifra redonda, cuando llegamos a 50 mil, cuando llegamos a 60 mil, cuando llegamos a cien mil, pareciera ser como un atractivo de publicad, casi parece, de un hecho tan dramático y considero también que es poco respetuoso para las personas que han perdido la vida y sus familias”, afirmó.
No señor subsecretario; olvida usted, primero, que han sido las autoridades federales de salud -usted-, quienes se la han pasado dando a conocer estadísticas, cifras, predicciones y escenarios que no se han cumplido.
Ustedes, las autoridades sanitarias son quienes parecieran no querer ver la realidad y que, con tal de evadirla y aceptar que se han equivocado y que deben cambiar la estrategia, buscan proyectar su incapacidad en otros y los medios y los ‘adversarios’ son el objetivo.
El último párrafo. En Morena siguen las diferencias internas; el inminente nombramiento de Gilberto Herrera como candidato al gobierno estatal, ha despertado molestia entre cuadros femeninos que han levantado la mano para competir; máxime luego de la resolución del INE que obligaba a los partidos políticos a postular mujeres en al menos 7 de las 15 candidaturas a gobiernos estatales para el próximo año y lo peor, me dicen, es que a Don Gilberto y al presidente del Consejo Estatal de Morena, Ángel Balderas Puga, la incomodidad de esas mujeres morenistas les tiene sin cuidado. Les digo.
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