“La transparencia es para quienes ejercen funciones públicas y ejercen el poder público. La privacidad es para todos los demás”. Glenn Greenwald.
Hace 7 días iniciaron las campañas al gobierno estatal, casi 170 horas que, para una elección de 45, realmente es poco; sin embargo, han sido suficientes para determinar varias cosas que todavía se pueden remediar.
Salvo sus mensajes de arranque de campaña, que casi todos los candidatos grabaron, las 7 mujeres y tres hombres que buscan suceder Francisco Domínguez al frente del Poder Ejecutivo estatal, han optado por hacer campaña con las tres ‘eses’: suela, sudor y saliva.
La pandemia provocada por el virus SARS-CoV-2 y el confinamiento al que nos ha llevado; debieron haber obligado a la creatividad de los candidatos y sus equipos, quienes deberían ver a las redes sociales y a la comunicación ‘de aire’ como llaman los expertos a las campañas en medios alternativos: portales de internet, Facebook, Instagram Twitter, Youtube y hasta TikTok o los servicios de mensajería instantánea; sin embargo, ello no ha sido así en la mayoría de los casos.
Según las autoridades sanitarias, de los 10 arranques de campaña, en 4 se violentaron los protocolos Anticovid aprobados por el IEEQ y avalados por la Secretaría de Salud; pero y, hasta el momento de escribir estar líneas, los nombres de esos cuatro candidatos no habían sido revelados por la autoridad, lo que habla o de encubrimiento o de negligencia y ninguna de las dos opciones es buena. Se obliga una postura de la SESEQ.
Además, el pasado jueves fue posible observar cómo la candidata de Morena, Celia Maya García, participó, como parte de su campaña, en un evento con abogados en el que todos los asistentes desayunaron, cuando el protocolo Anticovid prohíbe tal acción. La abanderada morenista se salió por la fácil y dijo que a ella la invitaron; pero se le olvida que, de acuerdo a la ley, ella y su partido son responsables de todo aquel evento al que asista y si violan las normas sanitarias, deben tener una sanción. En este caso, también seguimos esperando una acción de la SESEQ, de lo contrario, seguirá habiendo un mensaje de impunidad. Se observa, pues, la incapacidad de quienes encabezan las ‘estrategias de campaña’ de innovar ante una realidad diferente.
Salvo dos excepciones claras, la de la candidata del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Katia Reséndiz Jaime y la del empresario, Juan Carlos Ramírez de Fuerza por México, cuyos equipos de comunicación han encontrado en las redes y los ‘en vivo’ una vía para difundir el mensaje de sus candidatos, el resto parece sumido en la opacidad.
Con el pretexto de ‘cumplir los protocolos sanitarios’, afirman que invitan ‘por goteo’ a los medios de comunicación, no trasmiten en vivo sus eventos, no difunden sus agendas diarias de actividades y si lo hacen, sólo difunden las ‘agendas públicas’ con uno o dos eventos.
¿Y el resto del tiempo no hacen nada? ¿Tanto cambiaron las campañas que hoy sólo tienen un evento o dos al día? ¿No tienen recorridos? No hay claridad, no hay transparencia.
Si así son de candidatos, no quiero saber cómo serán de gobernantes. Tómenlo en cuenta. Digo.
El último párrafo. Miserable; ese es el único calificativo que se me ocurre a la afirmación, ayer viernes del inquilino de Palacio cuando le preguntaron si los médicos privados quedaban descartados para la primera fase de vacunación Anticovid-119. ‘Qué se esperen’, dijo. Así que médicos privados, no olviden la frase el próximo 6 de junio. Les digo.
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