Más que un simple estudio de grabación, Splendor Omnia es una estancia enclavada en el Valle Sagrado de Tepoztlán donde se potencia la creatividad y se disminuyen costos de postproducción.
Fue en estas instalaciones donde Carlos Cortés, Michelle Couttolenc y Jaime Baskcht mezclaron durante 12 semanas el audio de la película Sound of Metal (El sonido del metal), ganador de un Oscar en la categoría de Mejor Sonido.
David Londoño, director de los estudios, abrió las puertas de Splendor Omnia, a las que define como un espacio destinado a retiros creativos, en el que, por supuesto, cuentan con la mejor tecnología.
“Estamos en las cordilleras del Tepozteco, muy cerca de Santo Domingo de Ocotitlán, cerca del pueblo de Tepoztlán, Morelos, a 50 minutos al sur de la Ciudad de México y este es un estudio de postproducción de cine, es un estudio donde se hacen todos los procesos, desde la edición hasta los entregables finales en el proceso de hacer películas de cine.
“Aquí se hace desde el diseño sonoro, se hace la mezcla de sonido, se hace también la corrección de color y tenemos también un laboratorio con entregables. Básicamente lo que nosotros ofrecemos es que las películas llegan con su edición aquí, a Splendor Omnia, y salen ya listas para su proyección en cine y su distribución en festivales”, dijo.
Una sala principal equipada con la última tecnología y al menos cuatro estudios adicionales conforman parte de sus instalaciones.
“En realidad este es el trabajo sobre todo de Carlos Rey Gadas y de Natalia López, Carlos sobre todo en sus películas es una persona, es un fanático del sonido y él creó estas instalaciones para garantizar la mejor metodología de trabajo en cuanto a calidad, en cuanto a calidad no solo humana, sino a calidad tecnológic.a
“Este estudio es muy especial, está hecho con materiales orgánicos, fue pensado justamente en un lugar muy específico para que cumpliera con ciertos criterios de sonido en cuanto al exterior para que haya la máxima calidad en el estudio. Ha sido un trabajo de 10 años donde se ha invertido cada cosa en subir el nivel del estudio, en tenerlo con las mejores condiciones, no solo en sonido, sino también en la postproducción de imagen, y son 10 años de mucho trabajo que siempre que es reconocido se siente uno lindo porque siente que uno está caminando por el camino que es, sin decir que además las personas que trabajan aquí, el valor humano, las personas que hicieron posible ese trabajo de mezcla, que es tan complicado, que es tan intenso, pues se armó un equipo increíble, en un lugar increíble como este, y afortunadamente salieron los resultados que hoy en día gracias al cielo están siendo reconocidos y eso siempre lo único que nos hace es motivarnos a ser mucho mejores y a seguir trayendo proyectos así de grandes para seguirle trayendo alegrías a México”, dijo.
Splendor Omnia cuenta con bungalows donde los productores, editores y diseñadores de sonido pueden hospedarse durante todo el tiempo que dure el proyecto.
A decir del director de los estudios, esta característica favorece la concentración de los creadores.
La mezcla ganadora del Oscar este 2021 duró 12 semanas.
David Londoño cuenta en entrevista cómo el director de El sonido del metal eligió estos estudios para mezclar el audio de su película.
“Fue un proyecto muy especial, fue la unión de muchísimos esfuerzos, Carlos Rey Gadas y Natalia López, que son los fundadores de Splendor Omnia, directores de cine ambos, por sus conexiones llegaron a través de Nicolas Becker, que es el diseñador sonoro de la película Sound of Metal, y Carlos había trabajado en su previa película con Jaime Baksht, con Michelle Couttolen y Carlos Cortés, que fueron quienes terminaron siendo el equipo, junto a Nicolás Becker y Carolina Santana, el equipo final que terminó como para la postproducción de sonido de Sound of Metal.
“Nicolas Becker se acercó a Darius Marder, que es el director de la película, y le dijo que había un lugar aquí de Carlos Rey Gadas, un lugar muy especial en Tepoztlán llamado Splendor Omnia donde seguramente iban a encontrar un lugar muy especial para poder terminar la película, la película tenía una exigencia a nivel sonoro bastísima y necesitaba de un lugar muy especial, un lugar aislado, un lugar donde se pudieran concentrar, donde pudieran estar muy concentrados y donde hubiera la máxima calidad tecnológica para poder sacar el resultado adelante”, dijo.
En las 12 semanas que duró la mezcla participaron tres mezcladores, dos diseñadores sonoros y el equipo directivo.
“Fue un trabajo muy intenso, muy especial porque como se podrán imaginar la carga sonora dentro de la película pues es fundamental, así que se prestó muchísima atención en el detalle, se hicieron incluso grabaciones aquí a nivel musical, se hicieron grabaciones especialmente en este lugar para poder después implementar en la mezcla y el trabajo editorial y finalmente después de esas 12 semanas se pudo concretar la mezcla que finalmente es la que esperamos que se oiga en las salas de cine cuando la película encuentre su lugar de distribución normal y no solamente el de las plataformas, donde se escucha una versión estéreo, que es una versión un poco más comprimida que se hizo aquí”, explicó.
La ventaja de salir de la sala de edición y entrar de inmediato en contacto con la naturaleza del Valle Sagrado de Tepoztlán, su fauna, su flora y su orografía, son fundamentales, agregó Londoño, en la experiencia creativa que se desarrolla en este lugar.
“Plenamente, sobre todo porque además hoy en día nos estamos mal acostumbrando a trabajar en medio de distracciones, todo el mundo ya tiene el celular en la mano, tiene laptop, tiene conexión a internet 24/7 y la distracción ha hecho que, sobre todo los espectros donde hay trabajo en concentración profunda sean mucho más cortos, lo cual hace que el trabajo se entorpezca e incluso puede llevar muchísimo más tiempo de lo que se necesite.
“Nosotros lo que ofrecemos aquí es un trabajo integral para que no te tengas que preocupar ni cómo te transportas, ni qué vas a comer, estás metido en el Tepozteco, con la energía del Tepozteco, que además es una energía preciosa, estar concentrado en tu película, trabajando en tu película, metido completamente en lo que tienes que hacer y cuando sales de toda esa intensidad, porque son jornadas de 8, 10, 12 horas metidos en la sala, salir a la naturaleza y un poco contrapesar toda esa energía, descansar, repensar, meditar, no sé, quizá darse una vuelta por la montaña y entender que es un proceso artístico,
“Este es un lugar ideal para poder hacer un proceso artístico y llevarlo a cabo hasta el final, que sobre todo cuando en las películas ese proceso de la postproducción es un proceso tan intenso, tan complejo, por lo general muy costoso, las películas llegan a la postproducción no con todos sus recursos en la mano, necesitan un lugar, están buscando un lugar donde se puedan hacer todos los procesos, que sea eficaz, que sea de buena calidad y que garantice que eso se pueda hacer en el menor tiempo posible y aquí creo que garantizamos eso y sin duda es un lugar ideal para hacer la postproducción de una película”, dijo.