El monumento a Benito Juárez, Benemérito de las Américas, en el Cerro de las Campanas -donde fueron fusilados Maximiliano de Habsburgo, Miguel Miramón y Tomás Mejía- luce deteriorado tras haberse cumplido en este 2017 los 150 años de la Restauración de la República.
Las balaustradas que rodean la explanada en la cima del Cerro de las Campanas están rotas e incluso faltan barrotes.
El basamento del monumento a Benito Juárez luce lozas desprendidas, tanto al frente -donde se lee la máxima jurarista- como a los costados.
El 15 de mayo de 1867, hace 150 años- concluyó el Sitio de Querétaro, una batalla que se había prolongado durante tres meses en la que las fuerzas republicanas asediaron a las fuerzas imperialistas.
Tras un mes de cautiverio y un juicio sumario, el segundo emperador mexicano fue fusilado junto a sus generales al pie del cerro de las campanas, hoy convertido en parque público y uno de los principales atractivos turísticos de la capital queretana.