El legislador local panista, Agustín Dorantes afirmó que el derecho electoral pese a su evolución constante, todavía tiene pendientes en México como son erradicar la violencia política de género, el voto electrónico y los compromisos de campaña.
Al encabezar el foro “Los Derechos Humanos, Electorales y Reformas Político-Electorales”, Dorantes Lámbarri afirmó que, así como el derecho en general, el derecho electoral es cambiante y debe responder a los problemas que envuelven una elección.
“Algunos temas pendientes son: la violencia política de género, el voto electrónico o los compromisos de campaña, solo por mencionar algunos y merecen ser discutidos por todas las voces, por eso, en seguimiento a la práctica de Parlamento Abierto los hemos convocado este foro, para junto con dos expertos en Derecho Electoral, tener mayor claridad en estos temas y poder trabajar en ellos”, apuntó.
Ante Ernesto Camacho Ochoa, Magistrado Presidente de la Sala Regional Monterrey del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y el Maestro Sergio Arturo Guerrero Olvera, queretano que integra la Sala Regional de Guadalajara del órgano electoral, el también dirigente panista en el estado sostuvo que el propósito de este foro fue abordar y discutir los Derechos Humanos en materia Político-Electoral, así como las reformas que en la materia se consideran necesarias para consolidar un sistema democrático, eficiente y económico.
Dorantes hizo un llamado para que ciudadanos y autoridades trabajen en conjunto sobre el tema.
“El primer tema nos convoca a pensar qué derechos político-electorales son inherentes a la persona por el hecho de serlo, conocer sus alcances y restricciones; por ejemplo, el derecho a votar es un derecho humano, (…) sin embargo, este también tiene restricciones, como cuando se priva a las personas de sus derechos político-electorales por la comisión de un delito”.
En su oportunidad, el Magistrado Ernesto Camacho se refirió a la importancia que ha tenido la evolución de los derechos humanos y la forma en la que éstos y los derechos políticos también han venido a ser “una sombra, casi una amenaza para la civilización”.