Tras el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar en Urique, Chihuahua, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) condenó la violencia que azota al País.
A través de un video compartido en sus redes sociales oficiales, el Obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Monseñor Ramón Castro Castro, Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano, aseguró que los índices de violencia en el País se han desbordado.
“Los obispos, como pastores, queremos expresar de igual modo toda nuestra cercanía y el profundo dolor que cargamos en nuestro corazón, ahora como nunca el dolor de la Cruz se vuelve más intenso por tanta sangre inocente derramada a lo largo y a lo ancho del País.
“Los índices de violencia y sus estructuras de muerte se han desbordado e instalado en nuestras comunidades, desfigurando a la persona humana y destruyendo la cultura de paz, una cultura de paz que nos hace hermanos”, expresó.
Dijo, a nombre de la CEM, que esperan una respuesta del Estado Mexicano que esté a la altura de las circunstancias ya que es responsabilidad de quienes gobiernan procurar la justicia y favorecer la paz y la concordia en la convivencia social.
Monseñor Castro añadió que la violencia también ha golpeado a la Iglesia Católica en México, pues a la fecha suman 27 sacerdotes asesinados o desaparecidos.
“Esta realidad de violencia nos golpea, nuestro México está salpicando sangre de tantos muertos y desaparecidos, entre ellos 27 sacerdotes, incluidos los padres jesuitas que han sido asesinados por el crimen organizado, identificándose así con los miles de víctimas de nuestro pueblo que han tenido este fin junto con las decenas de miles de desaparecidos a quienes sus familias siguen buscando.
“Habríamos de sumar las muchas extorsiones y la total impunidad imperante en todo el País. Esta situación es ya insoportable y nos reclama y exige a todos dar frutos de paz”, expresó el Obispo.
Añadió que la Conferencia del Episcopado Mexicano también hace un llamado a los delincuentes que provocan violencia en el País.
“Les recordamos que somos parte del mismo pueblo, les conminamos a que dejen de matar a sus propios hermanos y de violentar la paz social, recuperen el temor de Dios y hagamos prevalecer su Ley que nos dice ‘no matarás’.
“En el nombre de Dios sensibilicense ante los lamentos de sus hermanos, que son hijos de Dios, cuyas lágrimas de sufrimiento, impotencia y rabia contenida, claman hasta el cielo. Les suplicamos, les rogamos, les exigimos, en nombre de Dios, basta de tanta maldad y odio, todos queremos la paz”, dijo Castro Castro.