Al participar, en representación de México, en el Foro Urbano Mundial convocado por ONU-Habitat, la diputada federal por Querétaro, María Alemán, se pronunció en contra de la violencia de género que vive nuestro país y en concreto, con el reciente feminicidio del caso Ingrid Escamilla.
La Legisladora exigió justicia por las mujeres mexicanas víctimas del feminicidio y recalcó que la seguridad es un derecho de todos y no se deberá de tolerar la violencia en contra de ninguna mujer más en México ni alrededor del mundo.
“Al estar aquí en un Foro de la ONU, hablando como mujer mexicana, es un compromiso moral exigir justicia. Todo mi respaldo a las mujeres de México. ¡#NiUnaMás, mi corazón está contigo, Ingrid!”, dijo María Alemán.
La legisladora federal priista sostuvo la urgente necesidad de que las autoridades mexicanas tomen cartas en el tema de los feminicidios en México y se detenga este fenómeno que, dijo, lastima a todo el país.
Posteriormente la legisladora dio un breve resumen de la actualidad que vive Querétaro, así como su historia y la importancia que tiene para México.
Destacando que la capital es la 3er ciudad más competitividad en el país. A nivel internacional, el área de inteligencia del Financial Times considera a Querétaro como una de las mejores ciudades del futuro de la región de América Latina y a nivel continental; de igual manera resaltó el desempeño de la industria aeroespacial, colocando al Estado en el 10° lugar a nivel mundial en Inversión Extranjera Directa (IED).
María expuso el caso de Hércules, uno de los barrios más tradicionales de Querétaro y en donde hace 173 años se instaló la primera fábrica industrial en la ciudad. Después de esto, se fue construyendo una gran comunidad en los alrededores convirtiéndose en una ciudad satélite; recordando que con el paso de los años, Hércules comenzó a tener problemas financieros debido al cierre de su fábrica y por consecuencia sus trabajadores tuvieron que buscar un nuevo empleo en otras zonas de la ciudad. Los espacios públicos que antes servían para la creación de comunidad fueron abandonados y pasaron a ser refugio de pandillas generando un crecimiento en la percepción de inseguridad; sin embargo sus propios habitantes buscaron por medio del arte cambiar su realidad.
“En 2012, un grupo de jóvenes decidieron cambiar esa realidad y rescatar la imagen de su barrio. Detectaron que uno de los principales problemas era la gran cantidad de graffiti o ‘tags’ en las paredes con las cuales las pandillas se enviaban mensajes y delimitaban sus territorios. Entonces, decidieron generar el cambio pintando murales en las fachadas de algunas casas, pero estos murales tenían una característica: contaban las tradiciones y la historia de las familias de la zona. El proyecto fue avanzando y fachada a fachada, fueron contagiando a la comunidad y la percepción general fue cambiando, fue mejorando: se convirtió en una galería al aire libre”, detalló la Diputada.