María José lleva dos años sufriendo para circular en su colonia. El mismo tiempo que tiene intervenida por el municipio de Querétaro en una obra de urbanización que a ella, sus amigos y vecinos les ha resultado interminable. Y cómo no si la administración capitalina 2015-2018 está a un mes de concluir y las obras en las calles del fraccionamiento La Campanas no tienen para cuándo.
Son obras que empezaron en la vecina Niños Héroes, y que a los habitantes de ambas colonias los han mantenido dando vueltas por sus calles para encontrar un camino que les permita entrar o salir de sus casas, porque siempre hay vialidades bloqueadas.
Esta es una de las obras interminables de la actual administración municipal, la que concluye el 30 de septiembre, aunque el presidente municipal constitucional, el panista Marcos Aguilar Vega, solicitó licencia para asumir como Diputado Federal Plurinominal y ya no se presentó a trabajar en la oficina principal del Centro Cívico desde este lunes 27 de agosto.
Lo mismo ocurre en la céntrica calle Ezequiel Montes. Intervenida con obras desde hace un año y medio, causante de protestas de comerciantes y quiebra de negocios, aún es fecha que no terminan los trabajos que incluían el proyecto de convertirla en una ‘Calle Completa’, con nuevos adoquines, ciclovías, ampliación de banquetas, cableado subterráneo, paradas de camiones bien marcadas y mejoramiento del drenaje.
Peor aún, no sólo no se ha concluido ni entregado -y mucho menos inaugurado con evento protocolario como sí ocurrió en Paseo Querétaro (antes Paseo Mompaní)-, ya se han tenido que hacer reparaciones del nuevo adoquín.
Manuel Hernández, empleado de un negocio ubicado en la avenida, lo define con un refrán: ‘lo que mal empieza, mal acaba’. Explica que ellos no cerraron durante las obras de excavación, sólo pusieron unas cortinas de hule transparente, pero no vendían nada. Ni los fines de semana que el centro capitalino se llena de turistas, la gente se acercaba a la calle Ezequiel Montes.
La carretera al Campo Militar, que forma parte del proyecto integral de la Ciqrovia Santa María Magdalena-Hércules fue reencarpetada este año. Hace un mes, fue abierta una canaleta en la lateral derecha dirección San Antonio de la Punta-5 de Febrero, para introducción de ductos para cableado subterráneo.
Los bloques de plástico amarillo que definían el carril reservado exclusivo para las bicicletas también desaparecieron. Y forman parte de la obra y de su costo.
En la Alameda Hidalgo las obras no cesan. Si alguna acaba, inician otra. Aunque no se le dé mantenimiento a las existentes y realizadas en esta misma administración municipal.
Al retiro del tianguis que había en su entrada principal, se colocaron bancas, nuevas banquetas, plantas y fuentes de luces multicolores. Hoy todo eso parece el recuerdo de un pasado glorioso, aunque sólo haya transcurrido un año. Y es que ni las fuentes ni su iluminación funcionan, las bancas y el espacio social están deteriorados y las plantas que sembraron se encuentran en malas condiciones.
Mientras adentro, las obras de remodelación y acondicionamiento no concluyen, sean para lo que sean. Actualmente obreros y maquinas trabajan en la segunda intervención de la Alameda en menos de dos años.
La obra de Paseo Santiago, el nuevo nombre que le dieron a la carretera a Tlacote, se encuentra al 95 por ciento y ya se tuvo que incrementar el presupuesto 34 millones de pesos para banquetas del lado norte. El proyecto, según el propio Marcos Aguilar, será la siguiente administración la que se encargará de llevarla a cabo.
Tampoco se concluirá con los trabajos que se comprometieron para evitar problemas de contención y conducción de agua en el dren El Arenal. A un mes de concluir esta administración la obra está al 70 por ciento, y se incrementó su costo en 21 millones de pesos. También será responsabilidad de la nueva administración municipal 2018-2021 concluirla.
Amarillismo puro. Hasta da flojera leer la «nota» completa.