El pasado jueves, en su homilía matinal, el inquilino de Palacio se dibujó, una vez más, en su total y absoluto egocentrismo, destrozó su discurso de que para él lo que importa es lo que dice ‘el pueblo bueno’ y mostró sus cartas.
Cuando una reportera le cuestionó sobre el regreso a clases presenciales el macuspano dijo que intentará hacer su voluntad aún contra lo que la mayoría del ‘pueblo bueno’ opine.
“Y yo voy a dar este debate y no importa que la mayoría esté pensando en no regresar, yo voy a sostener que es indispensable que se regrese a clases por el bien de los niños, por el bien de los adolescentes, por el bien de los estudiantes, por el bien de los padres de familia, por el bien de todos, por el bien de la educación, por el bien del desarrollo del país”, sostuvo.
Pero le faltó decir que también lo hace por ‘el bien’ de la ideología y del adoctrinamiento que planea realizar mediante los ‘libros de texto, esos que ‘edita’ un tal Marx Arriaga, director de materiales educativos de la Secretaría de Educación Pública.
Con esa afirmación, el inquilino de palacio nos mostró al ególatra que hay en él y su clara intención de que en el país se haga lo que a él le parezca bien, como si fuera el papá de los mexicanos. ¡Pobre aspiracionista!
Sueños guajiros
El pasado sábado 24 de junio países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) firmaron un convenio constitutivo de la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE). Sí cómo lo lee, países que no son capaces de darle una vida digna, empleo, servicios médicos y vacunas suficientes a sus pobladores, quienes conquistar el espacio.
Imagínese nada más, estimada lectora, estimado lector, un diálogo para coordinar los esfuerzos con este fin entre el inquilino de palacio y su par de Venezuela o de Costa Rica. No saben pronunciar bien el español y quieren conquistar el espacio.
Pero eso no es todo, el anuncio ocurrió luego de la reunión de la Celac que pretendía buscar mecanismos para conseguir más vacunas contra Covid-19 para la región que NO consiguieron. Así son de eficientes y, en este caso ¡Soñar sí cuesta! Cuesta vidas.
Ilusiones
Este domingo el país, por iniciativa del inquilino de Palacio y con el aval de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se tirarán a la basura 580 millones de pesos con la Consulta (que no es consulta) para juzgar (que no juzgará) a expresidentes (que no menciona a ningún presidente en la pregunta).
Lo que sucederá el domingo, más o menos es lo siguiente: no se alcanzará una participación del 40 por ciento de la lista nominal de electores, por lo tanto, no será vinculante; es decir, que no obligará a ninguna autoridad a hacer nada tras el resultado.
Aún con mínima participación, ganará el ‘SÍ’ y, por lo tanto, el inquilino de Palacio, descalificará y responsabilizará de ese fracaso al INE, endurecerá la postura con miras a ´renovarlo’, con objetivo real de tomar el control de uno de los pocos contrapesos que todavía quedan en este maltrecho país, y ordenará la creación de ‘comisiones de la verdad’ que -guarde esto por favor- tendrá resultados en 2024. Al tiempo. ¡Digo!
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