EFE
Los Ángeles , 18 Ago.- En las dos décadas transcurridas desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos ha gastado más de 2 billones de dólares en la guerra de Afganistán o lo que es lo mismo 300 millones de dólares al día durante 20 años.
Esto es según estimaciones del Proyecto Costes de Guerra de la Universidad de Brown, formado por 50 investigadores de uno de los centros universitarios más prestigiosos de Estados Unidos.
ENTRENAMIENTO DE LAS FUERZAS AFGANAS
De acuerdo a sus cálculos, estos 2 billones de dólares incluyen 800.000 millones en costos directos de la guerra y 85.000 millones para entrenar a las fuerzas afganas, cuya preparación ha quedado en evidencia tras el rápido avance de los talibanes en la toma de casi todo el país, incluido Kabul.
De hecho, las capacidades de las fuerzas afganas fueron sobrestimadas «seriamente» por EE.UU., indica el último informe del Inspector General Especial estadounidense para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR, en inglés) presentado al Congreso.
En ese documento, el SIGAR aseguró que los sistemas avanzados de armas, vehículos y logística utilizados por los militares occidentales «estaban más allá de las capacidades de la fuerza afgana, en gran parte analfabeta y sin educación».
TAREAS DE RECONSTRUCCIÓN
Además de la inversión en las fuerzas afganas, existen partidas de gasto en términos de reconstrucción, intereses bancarios y pagos a veteranos de la guerra, entre otras.
Desde 2001, Estados Unidos ha asignado más de 144.000 millones de dólares a la reconstrucción afgana a través de contratistas privados y diferentes ONG.
A pesar de los esfuerzos, el inspector general determinó en su estudio que gran parte de esas partidas se desperdiciaron en programas «mal concebidos» o corruptos.
Los contratistas privados y las ONG tuvieron como objetivo implementar programas y proyectos para remodelar las fuerzas de seguridad de Afganistán, mejorar la gobernanza, ayudar al desarrollo económico y social y combatir el tráfico de drogas.
LUCHA CONTRA EL TRÁFICO DE DROGAS Y LA POBREZA
Para este último punto se destinaron unos 10.000 millones de dólares, ya que Afganistán es el productor del 80 % de la heroína existente a nivel mundial, apunta un informe del SIGAR.
También tiene especial importancia el tráfico de opiáceos, que son una fuente de ingreso recurrente para los talibanes.
Brown también ha proyectado que el costo de los intereses de la deuda de la guerra afgana de Estados Unidos aumentará a unos 6,5 billones de dólares para 2050.
Para el desarrollo económico y social de Afganistán, Washington ha destinado más de 24.000 millones de dólares con pocos resultados, ya que la mayor parte de la población afgana vive a día de hoy en pobreza.
Los costos médicos y por discapacidad de los veteranos de las guerras de Afganistán e Irak, que ascienden a 350.000 millones de dólares, continuarán durante décadas, de acuerdo al SIGAR.
Según expertos, más de la mitad de ese gasto pertenece a los esfuerzos en Afganistán.
En total, el Proyecto Costes de la Guerra de la Universidad de Brown estima que el gasto total en la guerra de Afganistán hasta el momento ha sido de 2,26 billones de dólares para las arcas estadounidenses.
Sin embargo, los investigadores señalaron que es difícil evaluar el costo total porque los métodos contables varían entre los diferentes departamentos gubernamentales, como el de Defensa o el de Estado, y también cambian con el tiempo, lo que lleva a estimaciones diferentes.
VIDAS HUMANAS PERDIDAS
Más allá del coste económico, Estados Unidos ha perdido 2.448 miembros de sus Fuerzas Armadas en la lucha contra los talibanes y casi 4.000 contratistas de empresas militares privadas.
Por otro lado, más de 66.000 efectivos militares y policiales afganos y 47.000 civiles han muerto en los últimos 20 años por culpa de la guerra de Afganistán, señalan datos del mismo centro.
EL PRIMER MANCHÓN DE BIDEN SE LLAMA AFGANISTÁN
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se enfrenta a uno de los momentos más delicados desde su llegada a la Casa Blanca, tras el caótico repliegue de Afganistán y el rápido ascenso de los talibanes, pese al apoyo mayoritario de sus conciudadanos a la retirada de las tropas estadounidenses del país asiático tras 20 años de guerra.
Si bien la salida de Afganistán cuenta con el respaldo de siete de cada diez estadounidenses, según la última encuesta del laboratorio de ideas Chicago Council on Global Affairs, las imágenes de centenares de afganos agolpados en el aeropuerto de Kabul tratando de acceder de forma desesperada a los aviones estadounidenses arrojan sombras sobre la capacidad de liderazgo mundial de Washington.
Con estas escenas, el mandatario ha perdido «mucho respeto y credibilidad», indicó Steffen Schmidt, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Iowa, en declaraciones a Efe.
«Creo que después de esta semana a Estados Unidos le va a costar más conseguir aliados. ¿Quién va a confiar en Estados Unidos ahora?», remarcó Schmidt, quien subrayó el «enfado» entre el sector más progresista del Partido Demócrata por haber «abandonado» a las mujeres afganas a merced de los fundamentalistas.
MALOS PRESAGIOS Biden, quien llegó a la Casa Blanca prometiendo el regreso de Washington a la esfera internacional tras el aislacionismo de su predecesor Donald Trump (2017-2021), ofreció el lunes un discurso en el que se reafirmó en su decisión de salir de Afganistán ya que el objetivo, dijo, «nunca» había sido crear una democracia en ese país.
Además, culpó de lo sucedido a las fuerzas y al Gobierno de Afganistán y, sin atisbo de autocrítica, remarcó que ya no estaba en los intereses de Estados Unidos mantener la presencia en esa nación, donde Washington invirtió más de dos billones de dólares y más de 2.300 estadounidenses perdieron la vida en las dos décadas de guerra.
«No ofrece buenos presagios para el resto de su Presidencia. El mundo ha visto cómo un presidente ha retratado la rendición como un acto de valentía política, y la retirada como sabiduría estratégica», subrayó el diario conservador The Wall Street Journal en su duro editorial del martes.
Por su parte, Trump, quien negoció el pacto de retirada con los talibanes, cargó contra Biden y aseguró que la salida de Afganistán es el «resultado militar más vergonzoso en la historia de Estados Unidos».
HARTAZGO DE LA GUERRA EN EEUU Consciente del cansancio y hartazgo entre la población estadounidense, Biden parece dispuesto a asumir las críticas y buscar centrarse en su ambiciosa agenda de reestructuración de la economía nacional.
«El discurso del presidente sobre Afganistán fue efectivo porque remarcó que la guerra más larga de la historia de Estados Unidos debe terminar y que nunca será un buen momento para hacerlo. Esto conectó con la mayoría de las personas, de las que 70 % quieren acabarla ya», indicó Larry Sabato, director del Centro de Política de la Universidad de Virginia, en su cuenta de Twitter.
El respaldo es, además, bipartidista, con más de 70 % de los demócratas e independientes en favor de la salida, y 56 % de los republicanos de acuerdo, indica el sondeo del Chicago Council on Global Affairs.
Kyle Kondik, analista del Centro de Política de la Universidad de Virginia, pronosticó que a medio plazo «el público pasará página» y recalcó que el» foco» de la Administración de Biden siempre ha sido la política interna.
«El evento más comparable es la caída de Saigón en 1975, que no tuvo una presencia prominente en las elecciones de 1976. Y el compromiso militar en Vietnam entonces -y como consecuencia el interés público- era mucho mayor en su momento álgido que el compromiso en Afganistán», acotó.