Lucero Díaz Calzada, alumna de la Maestría en Aprendizaje de la Lengua y las Matemáticas de la Facultad de Psicología de la Universidad autónoma de Querétaro (UAQ), realiza un estudio para determinar la relación entre el nivel de inteligencia de las personas a partir de su comprensión del lenguaje irónico.
Mediante el proyecto ‘Actividad eléctrica cerebral en el procesamiento de enunciados irónicos en adolescentes’, la universitaria queretana pretende detectar aquellas actividades cerebrales que no entienden la ironía para descifrar el por qué sucede eso y poder plantear alguna clase de intervención.
Y es que el dominio del lenguaje no literal -entre el que se encuentra la ironía- conlleva a una mayor posibilidad de éxito académico y es un indicador de inteligencia en los individuos, aseguró Lucero Díaz.
Se trabajó con 40 jóvenes de entre 12 y 15 años de edad a quienes se les realizó un electroencefalograma (EEG) para obtener los diferentes cambios de la amplitud de la actividad cerebral y la información de lo que sucede en el cerebro cuando procesa distintas historias por medio de la técnica electrofisiológica de Potenciales Relacionados con Eventos (PREs).
Se les pidió leer las historias y se encontró que sí hay una diferencia al momento de procesar las de tipo irónico contra las no irónicas. Hay un mayor reclutamiento neuronal para las historias irónicas porque lo que hace el participante es identificar que hay un error cuando se presenta una lectura y una declaración y tiene que hacer otro análisis y darle un sentido, explicó.
Indicó que hay un componente llamado P600, el cual es mayor cuando se lee una historia irónica en comparación con las que no lo son. Indica la combinación continua de procesos cognitivos como el conocimiento lingüístico y contextual que permite la comprensión adecuada de expresiones como las descritas.