Han pasado cinco años, cinco y nada. Esa es la triste realidad para los fieles católicos de la comunidad de Atzala, en la puerta de la Mixteca poblana.
El 19 de septiembre de 2017 se desplomó la bóveda del templo dedicado a la advocación de Santiago Apóstol, los muros quedaron fracturados y la cúpula apenas sostenida de la pared posterior del inmueble.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (IHAN) clasificó los daños como “severos” pero desde aquella fecha hasta ahora, es su única aportación respecto del recinto religioso.
En el pueblo de Atzala nadie sabe nada acerca de una probable intervención del sitio para su rescate. Tampoco hay información oficial sobre otras medidas, como por ejemplo la demolición, ya que temen otra tragedia de mantener el edificio en las condiciones actuales.
“La verdad es que ya han pasado tantos años que ya no creemos que vayan a reconstruirlo, eso ya lo superamos muchos”, explicó una mujer mientras coloca flores en el salón habilitado para las celebraciones litúrgicas.
“Los dos primeros años preguntábamos qué iba a pasar y nos dijeron que sí se construiría, pero después ya no hubo ni avisos, nos dejaron sin nada, hasta que llegó una asociación que nos prometió construir una iglesia (sic) nueva”, comentó.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Atzala también dejó de dar cuenta de este asunto a la población, porque a su vez, el INAH no pasó más datos de una eventual intervención.
LO QUE SABE EL INAH PUEBLA
El Centro INAH Puebla es la instancia al interior de la dependencia federal que pudo emitir una respuesta más clara, aunque en términos reales sin que ofrezca una solución a la problemática que se vive en ese municipio.
El 5 de agosto informó, mediante el oficio 401.12C.6-2022/2068 que no existe información respecto de alguna intervención en el templo de Atzala “ya que dentro de los registros únicamente se sabe que cuenta con afectaciones derivadas del sismo de septiembre de 2017”.
En el documento se afirmó que se encuentra en proceso de estudio y preparación para que sea intervenido y que “será hasta que se defina la siguiente etapa de la restauración del inmueble, cuando se cuente con mayor información (…)”.
“Sin embargo, se informa que se están llevando las gestiones necesarias para la restauración de dicho inmueble, en cuanto sea posible, y cuando este proceso concluya, esta Dependencia estará en posibilidad de proporcionar mayor información”, respondió el Centro INAH Puebla.
Además, a pregunta expresa en la solicitud sobre la autorización para demoler el templo, la entidad pública dijo que buscan la preservación del inmueble.
DESLINDES Y DESCONOCIMIENTO
Antes de que respondiera el Centro INAH Puebla, el 2 de agosto la Coordinación Nacional de Centros INAH manifestó a través del oficio 401.12C.1.2022/604 fue la primera instancia en sostener que el organismo en la Angelópolis era la responsable.
“Efectivamente el inmueble denominado Templo de Santiago Apóstol, ubicado en el municipio de Atzala, Puebla, se tiene registrado con daño severo, derivado del sismo de septiembre de 2017.
“Sin embargo, la información relacionada con el inicio del proceso de restauración de dicho inmueble se encuentra en el Centro INAH Puebla”, respondió.
Antes, el 29 de julio, la Secretaría Técnica de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos ya había informado que no era competente sino la Coordinación Nacional de Centros INAH.
Lo mismo pasó con la Coordinación Nacional de Obras y Proyectos del INAH que informó sobre la ausencia en sus archivos de estudios sobre una intervención en el recinto religioso.
La misma respuesta provino de la Coordinación Nacional de Recursos Financieros y de la Secretaría Administrativa por medio de los oficios 401.4C.6-2022/1433 y 401.12C.6-2022/477, respectivamente.
PROMESAS INCUMPLIDAS
Lo peor para la comunidad es que viven de promesas incumplidas.
Después de que dejaron de recibir información oficial acerca de la reconstrucción del templo, una organización de empresarios ofreció edificar un nuevo recinto a poco más de 250 metros del inmueble de siglo XVII.
Los trabajos comenzaron tres años después del sismo, pero de pronto, se detuvieron esas obras y hoy cuentan con una construcción inconclusa.
“No sabemos qué pasó, simplemente un día ya no hubo mano de obra, ya no hubo nada y ya se quedó todo parado”, contó una vecina.
“Tenemos ahorita un lugar dónde tomar misa, pero pues está todo al aire libre y se dañan las bancas cuando llueve y todo se llena de polvo; y pues lo del templo nuevo parece que ya no se hizo”, expresó decepcionada.