Con el tradicional saludo desde el balcón de Buckingham culminó este sábado la coronación de Carlos III. Con los príncipes de Gales, con sus tres hijos y los hermanos del rey, Eduardo y Ana, el Rey Carlos III y la reina Camila, fueron coronados este sábado en la abadía de Westminister, mientras miles de ciudadanos siguieron la ceremonia a las afueras a pesar de la lluvia en las calles de Londres, donde fueron instaladas pantallas gigantes, en medio de hurras y vivas.
A pesar de la detención de 7 personas por alterar el orden público, identificados como líderes del grupo antimonárquico, la ceremonia se llevó a cabo sin mayores incidencias y en un ambiente de cordialidad entre la familia real, a pesar de lo que suponía la presencia de los duques, Enrique y Andrés.
El arzobispo de Canterbury ungió con el óleo sagrado al nuevo monarca en el pecho, la cabeza y las manos, en el único momento de la ceremonia que no fue televisado, ni público y momentos después sonó el himno Sadok el Sacerdote, compuesto para la coronación de Jorge II en 1727.
La ceremonia tuvo un total de 2 mil 200 invitados a la Abadía y comenzó en punto de las 11 de la mañana, los cuales incluían a médicos, enfermeros, voluntarios y trabajadores sociales, como parte de un universo representativo de la población que Carlos quiso que formaran parte en su coronación.
Entre los invitados estuvieron el presidente de Francia, Emmanuel Macron, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden y los reyes de España, Felipe VI y Letizia.
