De acuerdo con el Observatorio Ciudadano de Movilidad (OCM) los accidentes automovilísticos se han incrementado con la llegada de la pandemia; sin embargo, las autoridades no transparentan las estadísticas de tráfico, ni de las causas de los percances.
El OCM indica que las mejores prácticas de movilidad a nivel global, marcan como un estándar en ciudades, un límite superior de 50 Km/h, y en calles de un solo sentido 30 o 20 Km/h.
Refieren que además de la señalética y campañas de concientización, es necesario incluir obstáculos físicos de pacificación de tránsito.
“También es importante contar con datos abiertos de las calles más conflictivas, análisis del por qué ocurren dichos incidentes, así como las adecuaciones urbanísticas para que no sigan sucediendo. Ninguna muerte en las calles es aceptable”, refiere el organismo.
Recuerdan que el pasado 15 de noviembre se conmemoró el día internacional de las víctimas mortales por incidentes de tránsito y que el tema de los mal llamados “accidentes de tránsito”, es algo que las autoridades de los tres niveles de gobierno en Querétaro han ignorado.
“A pesar de los documentos firmados por el Estado Mexicano respecto del decenio de la seguridad vial en el periodo 2011-2020, cuya finalidad era reducir el número de personas fallecidas en incidentes viales, no hay esfuerzos orientados a este respecto”, afirman.
Refieren que la pandemia de SARS-CoV-2 ha agravado la situación, pues al haber menos autos en las calles, las vialidades tienen menos congestión, invitando a los conductores a incrementar su velocidad, muchas ocasiones con funestas consecuencias: automóviles destrozados, peatones atropellados, árboles impactados.
“Se ha mencionado que la responsabilidad de los “accidentes” recae en las personas que conducen: es irresponsable operar una máquina metalmecánica de una tonelada de peso que se desplaza a una velocidad elevada, y mucho más peligroso hacerlo luego de ingerir sustancias que alteran la percepción, o distraerse usando el teléfono móvil.
“Sin embargo, los conductores no son los únicos responsables: la ausencia de políticas públicas orientadas a reducir los muertos en las vialidades, también influye en los incidentes automotrices”, sostuvo.