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Una sandalia rosa…

Durante 119 minutos no mostró un solo sentimiento. No pronunció ni media docena de palabras. Dijo entenderlo todo, aunque su origen étnico podría indicar lo contrario.

Desde las 11:08 de la mañana de este lunes, hasta la una de la tarde con 7 minutos, Salvador ‘N’, oaxaqueño de 26 años, vivió su audiencia inicial ante la juez Maribel López Gutiérrez, en la sala 5 de Juicios Orales.

Bastaron esos mismos 119 minutos para que la juzgadora decidiera vincularlo a proceso por el delito de Feminicidio, con prisión preventiva oficiosa, y determinase una investigación complementaria de tres meses.

Inmutable, Salvador N, de apenas un metro con 60 centímetros de altura vivía en el departamento A- 302 del condominio Olmos en el fraccionamiento Paseos de El Marqués. Frente a la papelería a la que la pequeña Victoria Guadalupe fue enviada por sus padres y que, para su desgracia, ese día estaba cerrada.

Antes de escuchar su destino inmediato, Salvador ‘N’ fue consciente de que la fiscalía pretende que se le otorgue una pena de 50 años de prisión. Quizás la obtenga. Ahí, en la primera audiencia del presunto feminicida se revelaron muchas cosas, entre otras que lo delataron una sandalia y residuos biológicos.

Pero eso fue sólo tras el hallazgo del cuerpo sin vida de la menor, al exterior de unos de los departamentos en el edificio ‘A’. Dos bolsas negras de plástico, atadas con cinta canela y un amarre de un cable tipo USB fueron la mortaja de la menor.

Para inculpar al presunto feminicida, se presentaron 214 fotografías, tomadas todas al interior del departamento del imputado y una de ellas derrumbó el halo de impunidad con el que se había mantenido el oaxaqueño en las últimas 72 horas.

Una sandalia rosa, del número 21. La portaba la niña Victoria Guadalupe cuando salió a la papelería para no volver.

El perfil genético del delincuente coincidió con los resultados de los exámenes aplicados al cadáver de Victoria. No tenía, el detenido mucho de dónde asirse para su defensa; bueno, ni sus defensores, de oficio, argumentaron algo.

Silencioso, inmutable, Salvador ‘N’ sólo atinó a señalar, casi al final de la audiencia preliminar: “Deseo permanecer en silencio”.

Feminicidio en razón de género contemplado en el Código Penal del estado, en su artículo 126 bis, Fracciones I y IV y todas las agravantes que contemplan, podría, ojalá, dejar tras las rejas a este hombre, al menos, por los próximos 50 años.

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