La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) revela la magnitud de la impunidad en México. La gran mayoría de los delitos no son denunciados y entre los que son denunciados la mitad no son investigados.
La ENVIPE reporta que en el año pasado hubo 21.2 millones de personas que fueron víctimas de un delito, una tasa de 23 mil 520 víctimas por cada 100 mil habitantes.
Sin embargo, estas víctimas tienen pocas probabilidades de conocer la justicia, de ver sus bienes de vuelta o recibir una reparación del daño.
Del total de los delitos solo hubo denuncia en el 10.1% de los casos. Entre los delitos denunciados solo en 66.9% se inició una carpeta de investigación por parte del ministerio público.
Entre los estados de la República la cifra negra presenta variaciones notables. En Guerrero no se denuncia más del 97% de los delitos. En contraste en Baja California la cifra es de 89.8%.
El estado de Querétaro, con 92.6% se encuentra entre los 10 estados con la cifra negra más baja.
En el plano nacional , los casos donde se inició la carpeta de investigación, en 48% no pasó nada y 27% está en trámite.
Solo en el 5.9% de las investigaciones iniciadas se recuperaron bienes de la víctimas, en 4.6% se puso al delincuente a disposición de un juez, en 3.8% hubo reparación del daño y en 2.8% se otorgó el perdón.
Esto representa que solo en el 1.2% del total de delitos cometidos hubo recuperación de bienes, consignación del delincuente o reparación del daño para la víctima.
Dicho de otra forma, en el 98.8% de los casos hubo impunidad.
Estas proporciones se han mantenido estables en los últimos ocho años, revela la ENVIPE.
