Juan Carlos Miranda Neri padre de Diego Miranda Bautista, el adolescente de 15 años de edad acribillado en un velorio en Cuernavaca junto con otras siete personas, exigió al Gobierno de Morelos no manchar el nombre de su hijo al intentar vincularlo con grupos de la delincuencia organizada.
“Fue un muchacho con un potencial enorme, jugador, master, con una capacidad enorme, un contención que fue campeón y bicampeón en la copa Prode de México, a punto de irse al Cruz Azul o Pachuca a quedarse.
“Para que lleguen unos hijos de la chingada a quitarle la vida, quitarle su sueño, no se me hace justo, ¿qué les tuvo que haber hecho él? Y esa tontería que dicen ellos (gobierno) que era parte de eso, ahí está”, dijo mientras señalaba las fotografías pegadas en un mural hecho por sus compañeros y amigos.
Juan Carlos narró cómo Diego, dedicado de tiempo completo a estudiar y jugar fútbol, llegó a su casa la noche del 1 de septiembre después de su entrenamiento.
Pidió permiso a sus papás para asistir al velorio de su amigo Axel, otro adolescente, vecino de la Colonia Antonio Barona, que murió un día antes en un accidente vial en la Autopista Cuernavaca-Acapulco.
“Pidió permiso para ir a verlo, acompañarlo un rato, venía de entrenar, veníamos de entrenar porque él entrenaba casi todos los días, llegamos, pidió permiso, dice ‘na’más voy un rato’. Se fue con su hermano, dijo ‘yo voy con él porque yo lo cuido’, ya mi esposa fue y lo llevó, no tardó ni media hora cuando pasan las cosas”, dijo.
Esa noche sicarios arribaron al velorio y dispararon en contra de los asistentes.
En total acribillaron a ocho personas y lesionaron a otras 15, algunas de gravedad.
Al siguiente día el gobierno de Cuauhtémoc Blanco emitió un comunicado de prensa en el que aseguró que de las primeras indagatorias determinaron que el ataque se derivó de la operación de grupos delictivos de la zona y que cuenta con información sobre los agresores.
“De acuerdo a las primeras confrontas periciales en materia balística, se establece que las armas de grueso calibre utilizadas en los hechos estarían relacionadas con otros delitos de alto impacto registrados de manera reciente y en donde se cuenta con la participación de miembros de la delincuencia organizada”, dijo.
El diputado federal del PES, Jorge Argüelles, aliado del gobernador, dijo que la masacre era una muestra de que la estrategia de seguridad del gobierno del estado avanza y que fue resultado de la lucha entre grupos delincuenciales “que se disputan la plaza”.
Cuestionado al respecto, el padre de Diego pidió no manchar el nombre de su hijo “con pendejadas”.