EL QUERETANO y a la consultora en Imagen pública X’ail Guadarrama Blanco analizan el mensaje que nos envían con su lenguaje corporal el presidente Andrés Manuel López Obrador, el gobernador Francisco Domínguez Servién y el presidente municipal de Querétaro Luis Bernardo Nava.
Divididos por un abismo político, Andrés Manuel López Obrador y Francisco Domínguez Servién comparten, sin saberlo, una condición común: no son hombres de discursos llenos de cifras y datos, eso les incomoda. Lo suyo es hablarle directamente a la gente.
Así lo demostró el Presidente de la República cuando se presentó la ‘Estrategia Nacional de Lectura’, lo mismo pasó con el gobernador de Querétaro cuando entregó uniformes y canchas en Tolimán.
Es el lenguaje no verbal, la apariencia física, los gestos, ademanes, posturas, respiraciones y ritmos los que marcan el 93 por ciento de la comunicación de las personas y sólo el 7 por ciento de un acto de comunicación lo significa el discurso.
Por eso, EL QUERETANO pidió a la consultora en Imagen Pública X’ail Guadarrama Blanco analizar el mensaje que nos envían con su lenguaje corporal el presidente Andrés Manuel López Obrador, el gobernador Francisco Domínguez Servién y el presidente municipal de Querétaro Luis Bernardo Nava.
“Es importante prestar atención en generar congruencia entre lo que se dice y cómo se dice, mientras se expresa una idea, se quiere persuadir al otro o simplemente se está comunicando un mensaje”, anticipa la especialista.
Para el análisis se utilizaron los videos de la presentación de la ‘Estrategia nacional de lectura’ de López Obrador; los de la conferencia de prensa posterior a la reunión en la Secretaría de Gobernación (Segob) sobra la estrategia de seguridad y abasto de combustible y la entrega de uniformes y canchas en el municipio de Tolimán, del gobernador Domínguez Servién; y del alcalde capitalino los correspondientes a la entrega de infraestructura de agua potable en Santa Rosa Jáuregui y del mercado del ‘Tepe’.
“Lo primero que hay que hacer consciente con AMLO es que siempre ha mantenido ante las cámaras una postura encorvada, un mal manejo de prendas (casi todas parecen que le quedan muy grandes y siempre arrugadas), y por último la forma en la que habla: lento, pausado y (aparentemente) sin estructura”.
La especialista destaca su forma de moverse fuera del podio, de lado a lado pero sobre el mismo punto; su mirada que refleja cansancio, como si no pudiera ver bien de lejos; y la posición de los brazos pegados a su cuerpo, de un lado con micrófono y del otro con un libro, pero por la distancia y la forma en que se encuentran, pareciera una postura de ‘protección’.
“En conclusión, pareciera que cuando habla de la lectura comienza tímido, no tan seguro de lo que va a decir; pero cuando regresa a sus temas que domina por excelencia y hace referencia a Beatriz (una ciudadana invitada al evento) es mucho más desenvuelto, cómodo y convencido de lo que dice”.
En el caso del gobernador de Querétaro, X’ail Guadarrama observa que durante la conferencia de prensa en la Segob mantiene una actitud, si bien cuidada, poco cómoda; mientras que en Tolimán, cuando hay interacción con la gente se muestra seguro y contento.
Y ejemplifica: Casi al final del primer fragmento (de la conferencia de prensa posterior a la reunión en la Secretaría de Gobernación donde se abordó el tema de la seguridad y abasto de combustible), se presenta más cómodo, sin embargo cuando dice: “también festejo”, su rostro se mantiene serio y sin expresión de felicidad, realmente no comparte el “festejo”.
En oposición, señala, durante la entrega de equipo deportivo en Tolimán se observa seguro, orgulloso de lo que está realizando, con la forma ligeramente abierta sobre el pódium. Cuando dice que: “hagan uso, que son sus canchas”, genera un ademan de inclusión, abriendo las palmas haciendo alusión al ‘dar’.
Aunque, advierte detalles significativos en el lenguaje corporal del gobernador queretano. En el momento que comienza a hablar de cifras monetarias y de las construcciones que existirán, usa los lentes que puede simbolizar que no quiere equivocarse en lo que puede decir; cuando se traba, se pone rígido y se toma del pódium buscando seguridad; en los aplausos no alza la vista, que si bien puede proyectar ‘timidez’, que no está algo correcto.
“Después regresa a la cancha y vuelve a ser un Pancho congruente y orgulloso de lo que hace, la sonrisa es natural y los ademanes abiertos y de inclusión”.
Mientras que el presidente municipal de Querétaro, Luis Bernardo Nava Guerrero, muestra fluidez al hablar, utiliza bastantes ademanes, suele ser muy dinámico con las manos pero de primera instancia parece que no las controla, que sólo mueve manos o brazos por moverlos, lo cual se alude ‘al nerviosismo’ al hablar, casi nunca acompaña los ademanes a la palabra pero cuando lo hace, lo hace bien, por ejemplo: “dice 3 veces” y marca con la mano el número 3, lo cual es un acierto.
Aun así, detecta señales el mensaje corporal que van en sentido opuesto al discurso verbal. Aunque el movimiento de las manos es continuo, no es fluido y se ve ‘bastante ensayado’; su ‘Yo interno’ sale a la luz cuando algo no lo cree fervientemente, habla acerca del: “recurso de todos ustedes”, pero gira ligeramente la cabeza haciendo alusión a un “no”; es proclive a mostrarse ‘preocupado, sorpresivo, algo afligido’ aun cuando el discurso vaya en otro sentido; aprieta demasiado la sonrisa mientras el cuerpo pretende expresar entusiasmo; cierra con puños cerrados y no con además inclusivos.
“Su imagen es pulida, la camisa planchada con ‘mangas de trabajador’ (arremangadas), el chaleco también alude al trabajo; se nota cuando mete alguna experiencia personal porque se siente más cómodo, ve menos su hoja de discurso y toma en cuenta la audiencia; tiene actitud y energía natural, pero podría ser menos el meneo del cuerpo porque eso es símbolo de urgencia/nerviosismo o de querer terminar pronto del foco”.