Durante el mes de agosto del 2013, el entonces Presidente Municipal, Roberto Loyola Vera, anunció su interés por construir un ‘Bandódromo’ en Querétaro, lo cual fue prometido durante su campaña para llegar al Centro Cívico.
Durante un año, se habló sobre el proyecto que inclusive llegó a tener fecha de conclusión e inauguración programada para diciembre de 2014 y consistía en la construcción de infraestructura necesaria para llevar a cabo conciertos masivos de hasta 10 mil asistentes de pie.
El bandódromo estaría ubicado en un terreno asentado en el Ejido San Pablo, donde antiguamente se encontraba un banco de tepetate; sin embargo, los problemas no tardaron en llegar para que no fuera posible cumplir con esta promesa.
El terreno para su construcción parece estar ‘maldito’ desde entonces, pues el 3 de febrero del 2014, el Alcalde Loyola Vera reconoció que existía una demora en el proyecto, debido a que no se alcanzaba un acuerdo en el precio del predio con los dueños, tras varios meses de arduas negociaciones, el municipio de Querétaro finalmente se hizo con la propiedad del lugar.
Una vez logrado esto, se invitó a la comunidad artística y cultural para participar en la elaboración de los planos; así el proyecto inicial de un foro para conciertos se transformó en un espacio cultural completo, el cual, contaría con varios salones de ensayo públicos para bandas locales, talleres destinados a impartir clases de música en todos los instrumentos e instrucciones de canto, entre otras mejoras que prometían un espacio de primer nivel.
En septiembre del 2014, se anunció el evento “QuerétaRook Vive”, como preámbulo a la inauguración del bandódromo, en el que se presentarían diversas bandas del género programado para el 27 de septiembre, el 18 de octubre se realizaría un concierto de ska y el 29 de noviembre uno de rock urbano. Mientras que para la magna inauguración del bandódromo se buscaba una banda de renombre.
El discurso estaba, pero la realidad era otra. En el terreno, ni siquiera los cimientos de la infraestructura para colocar el escenario y el resto de los elementos se había materializado, mientras que el presupuesto ya no daba para que en el 2014 se concretara y con un 2015 que iba a ser interrumpido con un proceso electoral, todo se fue al caño.
El proceso electoral del 2015 determinó un cambio de partido en la administración municipal y con el Alcalde, Marcos Aguilar Vega, el proyecto perdió continuidad y fue totalmente desechado. El terreno propiedad del municipio capitalino, quiso emplearse para la construcción de una Ciudad de las Mujeres la cual prometió el Gobierno Federal, pero que tampoco se concretó.