Jesús Almanza es un melómano de nacimiento. Dedicado desde corta edad al arte del piano y especializado en la dirección de orquesta por azares del destino. Actualmente encabeza la Camerata Santiago de Querétaro, además de la Orquesta Sinfónica Juvenil Silvestre Revueltas del Conservatorio de Música y Artes de Celaya.
Hace un par de semanas fungió como director huésped de la Orquesta Filarmónica de Querétaro (OFEQ) con motivo del Concierto Nacionalista, un homenaje a los 101 años de la promulgación de la Constitución Mexicana en el marco del proceso de elección de líder definitivo para la OFEQ por parte la Secretaria de Cultura del Estado de Querétaro, puesto que Almanza estaría orgulloso de obtener.
“Por supuesto que me gustaría, pero principalmente creo que es muy importante respetar la decisión que se tome. Los músicos han hecho un esfuerzo sobre humano, porque es una gran tensión para ellos el escuchar diversos directores y sobre todo tomar ese decreto tan importante”, comentó.
Músico desde la cuna
Desde su infancia estuvo inmiscuido en el mundo de la música de una manera natural, para su familia ésta era parte de su vida cotidiana, instrumentos como el piano y el acordeón eran elementos necesarios en la sala de la casa.
“Recuerdo a mi madre, que era la que tocaba el piano y fue quien me enseñó las notas básicas, el solfeo. Después influyeron mucho en mi preparación mis maestros, que me ayudaron para el desarrollo de esta actividad, recuerdo a profesores entrañables de distintas etapas de mi vida en la música”, dijo con una sonrisa en el rostro.
Tras concluir la secundaria inició su preparación profesional, tuvo una larga travesía estudiando en áreas como canto Gregoriano, especialización en piano, así como arte moderno y contemporáneo.
Algunas de las instituciones en las que cursó fueron el Conservatorio Nacional de Música, la Escuela Ollin Yoliztli, Escuela Nacional de Música de la UNAM y la Universidad Autónoma de Querétaro, por mencionar algunas.
Conforme pasaba el tiempo Almanza se enamoraba más de su profesión participando constantemente en coros, e incluso a sus escasos 15 años ya ofrecía conciertos íntimos en recintos dedicados a la música.
“Lo que me atrapó fue el sonido, tiene un no sé qué, qué no puedo explicar con palabras, es simplemente increíble. La música tiene ese poder de llegar a tu sentir emotivo sin entender porque, me atrapó y eme aquí dedicándome a eso”, expresó
Hace 30 años inició su historia en Querétaro, fue invitado a laborar como docente dentro de esta institución, la cual años más tarde le dio la oportunidad de indagar el ámbito de la dirección.
La Filarmónica de Guanajuato fue trasladada a Querétaro, el maestro Cárdenas, quien fungía como titular convocó a una serie de maestros para realizar destacadas colaboraciones.
“Entre esos estaba yo. Ahí empieza a desarrollarse mi carrera de dirección formando el primer Coral Universitario de la Facultad de Bellas Artes. Poco después tomé la Camareta de la Filarmónica, una orquesta de cuerdas que me marcó por mucho y por la que decidí dedicarme a esto tomando clases con Guadalupe Flores y Enrique Bátiz. Viajé a Barcelona y también estudié con dos directores catalanes Ross Marbá y Jordi Mora”, narró.
Además fue pianista de la OFEQ por 12 años pisando teatros de todo el país que impregnaron magia y enseñanzas a su pasión.
“Crecí como músico con esta Orquesta es para mí un gran honor dirigir a una de las mejores del país. Es una responsabilidad y tremendo gusto estar con amigos entrañables, compañeros de carrera”, concluyó Jesús Almanza.