Dentro del Museo de Arte, en el Centro Histórico de Querétaro, se encuentra uno de los patios barrocos más imaginativos de Latinoamérica. Es el claustro en el interior del antiguo convento de San Agustín, hecho de cantera con figuras y esculturas en alto y bajo relieve que lo han convertido en una joya del barroco queretano.
Aunque el monasterio se planeó originalmente con fines de hostería y asilo, pronto su construcción se convirtió en la oportunidad de fray Luis Martínez Lucio para completar su proyecto de vida: un espacio que condensara su formación agustina. Pronto, el monasterio pasó a transformarse en el Centro de Estudios de Arte y Filosofía, dedicado a enseñar los principios de la teología agustina que siguen vigentes en la enseñanza católica.
Aprovechando la nueva vocación del edificio, los frailes también fueron encomendados a crear un majestuoso claustro barroco que demostrara la riqueza y el poderío de la orden agustina en una provincia estratégica para la Nueva España. Con su ambición intelectual, un presupuesto sin límites y la maestría del cantero y arquitecto Juan Manuel Villagómez, los bosquejos comenzaron rápidamente a revestir el antiguo patio central de la casona.
El resultado fue un claustro que representa la lucha cristiana ante los ideales paganos, un tema central para los agustinos. En él se retrata una gran escena con santas y santos, libros, corazones, leones, sirenas, pegasos, elefantes, follajes, frutos y otras imágenes que, según los frailes, representan la batalla entre la virtud y el pecado, todo coronado por una enorme fuente central. Hoy en día puedes visitar este lugar con tan solo caminar y entrar al Museo de Arte.
Claustro de San Agustín
Allende Sur 24 (Museo de Arte de Querétaro)
Entrada gratuita al claustro