Shirin Ebadi se crió en Teherán, Irán, en una familia con tres hijas y un hijo.
En su hogar, ella y sus hermanas tenían los mismos derechos y libertades que su hermano, porque su padre era un feminista.
Asistieron a una escuela Zoroastrista (de la religión fundada por el profeta Zoroastro o Zaratustra, el nombre que no es ajeno a Occidente porque Nietzsche lo inmortalizó en una de sus más célebres obras) simplemente porque era una institución educativa de excelente calidad en la zona en la que vivían.
Sus padres practicaban el Islam, pero no veían eso como un impedimento para enviar a sus hijos a una escuela de otro credo, y así desde una edad muy joven, Shirin Ebadi aprendió a respetar todas las religiones.
La educación era un pilar muy importante en su familia. La motivaron a estudiar leyes, y a los 23 años Ebadi se convirtió en una de las primeras mujeres jueces en Irán.
Antes de los 30 años ya era la primera mujer en desempeñar el cargo de magistrada jefe de una de las cortes de Teherán. Eso fue en 1975.
Ebadi no solo es la primera mujer musulmana en ganar el premio Nobel, también es la primera persona iraní.
En 2017 se publicó la versión en español de su libro autobiográfico Hasta que seamos libres: Mi lucha por los derechos humanos en Irán, en el que cuenta cómo ha estado al frente de batalla desde la revolución de 1979, que trajo consigo el cambio de régimen presente hasta hoy, que trata con crudeza a sus ciudadanos.
Describe cómo tuvo que renunciar a su trabajo como magistrada porque, – según el régimen – no era apta para desempeñar el cargo por ser mujer. Narra cómo obtuvo una licencia para ejercer derecho en el sector privado a principios de los años 90 y cómo utilizó esa oportunidad para defender –sin cobrarles – a mujeres, niños, refugiados y prisioneros políticos. Cuenta cómo en el 2003 ganó, inesperadamente, el Premio Nobel de Paz, y estableció una organización para la defensa de los Derechos Humanos con el dinero del premio, que luego fue saqueado y cerrado por las autoridades. El libro está escrito en Londres, desde el exilio en el que vive Shirin Ebadi desde hace diez años, con la firme convicción de que puede seguir sirviendo a su país.
Un Premio Nobel solo año y medio después de la invasión a Iraq, la relación entre Irán y Siria puesta en contexto, más de 6000 casos políticos atendidos sin costo, 25 días de aislamiento en prisión y finalmente, un relato desesperanzador sobre las estrategias de intimidación que el régimen usa contra su gente, son expuestos con pluma afilada y corazón abiertos por quien la revista Forbes ha llamado “una de las 100 mujeres más poderosas del mundo”.
El Hay Festival Querétaro 2018 hace un llamado al público a ser testigo de la lucha por los derechos humanos de esta implacable mujer, quien tendrá una conversación con Lydia Cacho el viernes 7 de septiembre a las 16:30 horas en el Teatro de la República y el sábado 8 de septiembre ofrecerá la conferencia Libertad de expresión a las 13 horas en el Teatro de la Ciudad. Ambos eventos se llevarán a cabo como parte de la programación de Hay Festival Querétaro 2018.