Chicago, IL.- Donald Trump decidió enviar la Guardia Nacional para proteger la frontera con México, según informó la Secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen.
La funcionaria dijo que el despliegue de las fuerzas armadas era inmediato, aunque no dio datos precisos sobre el tamaño del operativo ni su costo estimado.
En su anuncio fue notorio cómo Nielsen evadió las preguntas sobre por qué la súbita urgencia de la presencia de tropas a lo largo de la línea fronteriza y si la medida obedecía a reportes de la cadena Fox News sobre una “caravana” de centroamericanos caminando hacia Estados Unidos.
Por su parte, Trump dijo que el plan de militarizar la frontera estará en pie hasta la construcción de su famoso muro.
Los hechos son tan lamentables como evidentes. La determinación de activar la Guardia Nacional efectivamente ocurrió dos días después de que Fox News, el canal por cable preferido por Trump y sus seguidores, divulgó que una andanada de hondureños estaba cruzando México con destino hacia los Estados Unidos.
La misma vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders, también fue incapaz de ofrecer una respuesta articulada sobre por qué el repentino envío de tropas.
Es innegable que este plan de protección fronteriza fue presentado como respuesta a otra ocurrencia de Donald Trump, quien según dijo el Senador por Illinois, Dick Durbin, “es poco fiable, no está preparado y es inestable”.
Otra prueba contundente de la improvisación del despliegue militar fue la declaración a reporteros de un alto funcionario. “No tenemos una fecha” para desplegar las tropas; “este es el primer paso de un proceso”, aclaró.
Lo que en realidad hace Trump es jugar para sus fanáticos, que estarían molestos por suavizar sus posturas anti-inmigrantes, situación que le comunicaron sus más allegados el fin de semana previo al anuncio.
El magnate sabe manipular su nivel de audiencia. Para él su presidencia es un programa de televisión con un auditorio ansioso por medidas racistas contrarias a los valores de la mayoría de quienes habitamos este país.
Trump está en todo su derecho de proteger las fronteras de su nación, pero activar a la Guardia Nacional en una zona donde no hay ningún conflicto militar es un razonamiento que solamente corresponde a un inestable.