La realidad es compleja, la gran mayoría de los procesos socioeconómicos y políticos son multifactoriales. Sin embargo, parece que prevalecen explicaciones simplistas, comparaciones forzadas y, sobre todo, carentes de la justa apreciación del contexto.
Políticos, analistas, intelectuales, periodistas y tuiteros erigen una “República del Meme” desde hace algunos años.
En esa república simplista es lo mismo las fugas de Joaquín Guzmán de penales de máxima seguridad que la fallida captura de su hijo en Culiacán en días pasados.
No importan los contextos, las innumerables variables que explican cada caso.
No importa que “Puente Grande” y “El Altiplano” hayan sido penales de máxima seguridad, no importa la red de corrupción o las fallas de los sistemas de inteligencia que permitieron horadar la presumida máxima seguridad hasta la celda del Chapo.
Lo que importa es despojar de todo contexto a los hechos y equipararla con un operativo mal planeado, mal ejecutado y legar a la conclusión de que los hechos sin iguales. El gobierno soltó a un connotado narcotráficante, sentando un precedente vergonzoso.
No importa que la matanza de Tlatelolco fue a la luz del día, en una plaza pública tras semanas de conflicto entre estudiantes y el gobierno en 1968, bajo un régimen corporativista.
No importa que en Ayotzinapa participó el crimen organizado en contubernio de autoridades municipales. Lo que importa es decir que fue el Estado, asesino de estudiantes. Así, Peña Nieto y Díaz Ordaz son dos gotas de agua.
Lo que importa es la comparación forzada, descontextualizada, porque de lo contrario la realidad no cabe en un meme ni en un tuit, ni causa gracia al ser transmitida por Whats App.
Es más, no importa ya hacer periodismo si se puede hacer una nota a raíz de la lluvia de memes que genera un acontecimiento.
Lo que importa es decir que la democracia mexicana ya desapareció, que las instituciones fueron demolidas, que la sociedad fue idiotizada por la hipnótica cadencia del discurso del mesías tropical.
Lo que importa es decir que treinta millones de idiotas votaron por el peor presidente que haya tenido México en la historia -aunque la historia aún no haya sido escrita- y que el neoliberalismo corrupto es el origen de todos los males de la nación.
Lo que lamentablemente no importa en la “República del Meme” es entender la realidad.