Es momento de ‘queretanizar’ el debate filosófico de Hobbes contra Rousseau, que ha dado pie a una innumerable cantidad de obras científicas, teóricas y hasta de entretenimiento como el fenómeno de Netflix “El Juego del Calamar”: ¿Es el ser humano violento o pacífico por naturaleza?
Se dice que lo que pasó en el estadio Corregidora el pasado 5 de marzo, no representa a Querétaro, pero será cierto o representa a una parte que no queremos ver.
En el siglo XVII, el filósofo inglés Thomas Hobbes sostuvo que “el hombre es el lobo del hombre” para referirse al ser humano como una criatura agresiva y egoísta en un estado precivilizado, bajo la premisa: si yo deseo algo que tú tienes, mi naturaleza será quitártelo. Sin límites, ni leyes que lo impidan, por lo que es necesario un poder que imponga orden y control sobre el impulso agresivo.
Esta teoría bien podría funcionar para explicar lo que ocurrió; pues bien decían las mujeres de colectivos feministas ¿dónde creen que viven los salvajes que golpearon hasta casi matar a otros hombres, pero que también atacaron a mujeres, adultos mayores e hicieron correr a los niños?
La respuesta la dio la Fiscalía General de Justicia del Estado, pues los cateos en los que se han detenido hasta la fecha 25 personas como presuntos responsables se han dado en colonias como Cerrito Colorado, Lomas de Casa Blanca, San Pedrito Peñuelas, Reforma Agraria, Linda Vista y Las Palmas del municipio de Querétaro, en El Pueblito, Lomas de Balvanera y Los Ángeles de Corregidora y La Venta, Pedro Escobedo.
Se trata, de nuestras colonias populares, de nuestros barrios, de los que también nos decimos orgullosos. Pero cuyas familias diariamente tienen que lidiar con personas que son violentas y ese comportamiento no se presenta de un día para otro, sino que se aprende en las calles, en las pandillas y desgraciadamente en el hogar.
La cultura de la violencia es un cáncer que hemos permitido crecer en Querétaro y no hemos querido atender, porque ni siquiera queremos verlo. El hecho de que la violencia no provenga de factores como el crimen organizado como en otros estados, no nos deslinda que sí existe una cultura de violencia en nuestras colonias y urge que sean atendidas, no desviar la mirada.
Por el otro lado, la postura del suizo Jean-Jacques Rousseau en el siglo XVIII, defiende que la naturaleza del ser humano es bueno y empático, bajo la premisa de que, si una persona en estado precivilizado ve sufrir a otra persona, su inclinación natural será la de sentir empatía y auxiliar. Sin embargo, lo que detona la agresividad de la humanidad es la propiedad.
También Querétaro dio muestras de ello, en redes sociales circularon muchísimas de las historias de niños, jóvenes, mujeres y hombres, que se desprendieron de sus playeras y ropa, para dárselas a aficionados visitantes y salvarlos de los salvajes ataques. La sociedad queretana en general ha rechazado la violencia ocurrida, pero se ha dejado una huella que no será fácil de explicar.
La empatía dicha por Rousseau, ha llegado al grado de que una madre de familia, llevó a su propio hijo a entregarse ante la Fiscalía, luego de enterarse que participó en los hechos de violencia del estadio, pese a que dijo, esto le rompió el corazón.
Hay un Querétaro próspero, pujante, en pleno desarrollo, pero no nos olvidemos de que no todos nacieron con las condiciones de convertirse en empresarios. Atender al Querétaro lastimado y no convertirse en una entidad elitista, tendrá que ser un reto social aterrizable ahora.
A propósito de los 25 detenidos que hasta ahora se han informado por parte de las autoridades. La Fiscalía tiene una gran responsabilidad y deberá cuidar hasta el más mínimo detalle para salvar el debido proceso, el manejo público de las imágenes, de los nombres de los detenidos y demás requisitos para poder presentarlos ante el juez de control y acreditar los delitos, pues las pruebas deberán de ser tan sólidas para salvar las instancias del juez, la sala penal y el amparo con el fin de que no puedan quedar en libertad y también que no metan en problemas a los jueces que tendrán en sus manos dictar sentencias que no vulneren los derechos de los presuntos responsables.
Recordemos que una cosa es lo social-político, que vemos como un consenso total en que se castigue de manera ejemplar a los culpables y una muy diferente es lo técnico y la aplicación del derecho. Detenerlos no basta, necesitamos sentencias condenatorias y vendrán todavía procesos que serán largos.
Finalmente, y por si faltaban escándalos en la entidad, a esto se suma el caso de Edgar Oceransky, cantautor que desde hace varios años radica en Querétaro y ha sido acusado de acoso a una menor de edad, cometido hace 13 años y el cual ha provocado la cancelación de uno de los eventos que había logrado arraigo y gusto como el Trovafest.
El festival era organizado por el mismo Oceransky y el municipio ha decidido retirar el apoyo, con lo que queda cancelado el evento en el que vinieron artistas como Jorge Drexler, Ismael Serrano, Pablo Milanés, Francisco Céspedes y demás artistas, que por cierto, había saltado la queja de que al elenco del Trovafest, le faltaba muchas más artistas femeninas.
Lo cierto es que el tema de erradicar la violencia de género en el ámbito artístico comenzó a tomar fuerza hace algunos años con el movimiento #MeToo y poco a poco ha ido educando a la sociedad, como aquella vez que le llamamos –y me incluyo- “exagerados” a los tacvbos por dejar de tocar la canción “La Ingrata” y que hoy en día, les aplaudimos esa decisión.
A Edgar Oceransky le quedan pocas opciones luego del audio que difundió la usuaria de twitter que lo acusó y que todos hemos escuchado, pero llevar el caso al terreno legal será otro tema. Por lo pronto, nos quedamos con las voces como la de la activista Yuriria Pérez de la colectiva “Juntas”, quien aseguró que acciones como las cancelaciones de conciertos y del trovafest a veces se trata de lo más cercano a la justicia para las mujeres y niñas que han sido víctimas de acoso.